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Bajo los tiempos de la Ibero y el Tec

Fernando Acuña

21 de febrero, 2011

La  clase  política  que  actualmente gobierna  Tamaulipas,  así como  sus estrategas más íntimos, responden a  una formación académica, fraguada en las aulas  del Instituto  de Estudios  Superiores  de  Monterrey  y   de  la  Universidad  Iberoamericana. Ambas universidades privadas nacieron en 1943, durante  el gobierno  avilacamachista, considerado como el último, emanado del sector militar. A  partir de ahí,  el país  se rigió  por gobiernos  civiles. El  tecnológico  de Monterrey  y su  surgimiento en la vida académica  de México, responde  cabalmente  al proceso  de industrialización que se da a finales  del siglo  XIX. Justo  ahí se ubica el nacimiento de  la moderna burguesía que hoy preside la vida económica  y financiera del país.

  Su fundador   lo fue,  el industrial  Eugenio Garza Sada, asesinado por  la Liga  23  de septiembre, en  1973,  en lo que  se consideró como una de las etapas más violentas  de la guerra sucia,  y el surgimiento de grupos guerrilleros, así como también  de corte paramilitar. Don Eugenio  era hijo de Isaac Garza Garza,  el  empresario regio que fundó  la cervecería  Cuauhtémoc   en 1890. El abuelo de  don Eugenio   Juan  Garza  Martínez, había sido alcalde de la ciudad  de Monterrey. Esta familia  es considerada como  una de las  más  destacadas pioneras  del  gran capital  en México. Su historia está ligada a  la metamorfosis  de la nación, desde  la revolución, hasta la presente  etapa  del capitalismo neoliberal.

       Por  su parte, la  Ibero, una institución  fundada por  jesuitas,  ha sido claustro  donde se han formado  figuras públicas  como  el  actual  Presidente  de Televisa  Emilio  Azcarraga  Jean,  Alejandro González  Iñarritu,  Vicente Fox, Diego Fernandez  de Cevallos, Josefina  Vázquez Mota, y Héctor  Aguilar  Camín. Aunque, para efectos  anecdóticos,  de  esta casa de estudios también ingresaron personalidades sui géneris  como  el hijo del Santo, Salma Hayek  y Gerardo  Torrado.

    Para efectos  de  los reacomodos  del poder  y sus  orígenes formativos, en materia educativa,  a  partir  de  los  ochenta,  la  UNAM  deja  de  ser  el centro de reclutamiento de las élites  políticas mexicanas. El  último  Presidente  de la  república que egresó de  la primer universidad  pública  del país,  fue Carlos Salinas  de Gortari, aunque  hizo su doctorado en Harvard. Posteriormente  Ernesto  Zedillo   egresó  del  Instituto  Politécnico  Nacional, con posgrado en Yale. Vicente  Fox de la Ibero,  y  Felipe  Calderón Hinojosa,  lo hizo  de la Escuela Libre  de Derecho.

   De cara a la lucha  política  en el 2012,  el priísta  Enrique Peña Nieto  egresó de la Universidad  panamericana,  Marcelo Ebrard  del  Colegio  de  México,   y Josefina  Vázquez  Mota  de la Ibero,  mientras que  Alfonso  Lujambio  y  Ernesto  Cordero   terminaron sus  carreras  en el  ITAM.

   En lo que se refiere  a  las cúpulas  empresariales, tenemos   que  a pesar de que Carlos Slim, todavía egresó  dela UNAM, sus hijos  Carlos  y  Marco  Antonio,  estudiaron  en la Universidad Anahuac.  Otros  distinguidos  hombres  de empresa,  se formaron en la Ibero, el tec  y el ITAM.

   En  síntesis,  se  puede  decir que en las últimas  cuatro  décadas,  la  educación  pública  ha sufrido  un  evidente  deterioro,  y ha predominado  una visión   educativa, vinculada  a las  grandes instituciones fundadadas  por  los  prominentes  grupos del capital  privado.

  Hablamos  de una educación  cuyo principal  objetivo  es  la formación  de altos cuadros gerenciales,  destinados  a conducir  las tareas  del gobierno,  y del  aparato de Estado. En universidades  como  el  TEc, el ITAM, la Escuela  Libre  de Derecho  y  la Ibero,  se  preparan  los futuros  o actuales, Secretarios  de Estado , gobernadores  y  Presidentes  de la  república.  Aquí, adquieren  una preparación  y una filosofía encaminada  a la reproducción del  statu quo. Una visión acorde con  la  actual  competencia  del  libre mercado  y  su correspondiente  globalización.

   Los  egresados  de estas instituciones  de educación privada,  cuentan  con las herramientas para abrirse paso en  un mundo de feroz competencia empresarial. El  predominio  de la  educación privada  en  México,  coincide con el surgimiento  y consolidación del modelo neoliberal  en el país. Un modelo que,  en  su origen histórico  no  es  malo, sino que más bien,  su ineficacia  se  da, en función  de sus  aplicaciones específicas, en  el caso mexicano. Es un neoliberalismo paradójico,  cuya característica  principal  siguen siendo  los monopolios como  Telmex  y  Televisa,  y las corruptas paraestatales como  Pemex. O  corporativismos como el SNTE.

  Este  es  nuestro  neoliberalismo.  Un  neoliberalismo que  ha  prohijado  una clase tecnocrática, servidora incondicional de las élites  industriales  y financieras.  Obviamente  un proyecto, donde hasta ahora  la  sociedad  civil  se ha quedado  afuera.  Los grandes  conglomerados  ciudadanos han sido  ignorados  por  la educación  privada  en México. Pero al mismo  tiempo,  las universidades públicas, también  se  han  perdido  en procesos  de triste descomposición  burocrática  y  depauperización académica.

    ¿Cuál  es el resultado..?   Todo  lo anterior  se sintetiza en que,  actualmente,  las  masas ciudadanas, donde destacan  las clases medias,   carecen  realmente  de un  proyecto  educacional sustentable.  Para  nosotros,  las  grandes  universidades privadas  son prohibitivas  en sus costos académicos.  Y  las universidades  públicas  están   desgastadas  por vicios políticos y  administrativos,  a  tal grado  que  ya no  responden a las expectativas  de desarrollo   en sus  respectivas regiones  y entidades.

 En consecuencia,  urge  el surgimiento  de  una nueva alternativa  educacional  que,  sea el punto medio, entre  los centros  reproductores  de las élites,  y  las universidades públicas decadentes.

  Las   clases medias  y  populares  de  Tamaulipas,  no pueden seguir  en el limbo de  una formación academica de mentiras  y  de simulaciones.  Los  ciudadanos  tamaulipecos merecemos una educación digna, que se ajuste  a nuestras  posibilidades económicas. Pero al mismo tiempo, una formación más humanista  y crítica; sensible a los  clamores sociales. No  una educación  regalada, pero tampoco  inaccesible a  los bolsillos de  las familias  cuyos hijos aspiran  a lograr una posición de ascenso.

  De  otra manera,  las masas  ciudadanas  seguirán condenadas  a  engrosar  los ejércitos  de las enfermeras  en el sector  salud.  A  ser  secretarias, recepcionistas, archiveras, policías, agentes  de tránsito  o en el peor  de los casos, choferes  o ensambladores  de   la maquila.

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  El gobernador  se reunió  con  el alcalde  de Reynosa,  Everardo  Villarreal. Lo hizo también con  Miguel  González   Salum. Sigue retroalimentándose  el Plan Estatal  de Desarrollo.  En otro tema en el palacio de Tamatán,  Diódoro Guerra   se sacó de la manga, una  Incubadora  de Genios. 

     Por su parte, la esposa  del gobernador, María  del Pilar  González  de Torre,  se acaba de reunir con la Presidenta del DIF nacional  Margarita Zavala. Existen  excelentes  expectativas  en materia de  asistencia social  para niños  y adolescentes.

     Se  acaba de crear  el llamado  Consejo  Estatal  para  el Desarrollo Sustentable,  encaminado  a resarcir  de sus pérdidas  a los productores  agrícolas de Tamaulipas. Se cuenta con un fondo de 471 millones de pesos.

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