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Raúl HERNANDEZ

24 de marzo, 2011

El 3 de julio próximo,  los mexicanos veremos un anticipo de las elecciones presidenciales del 2012, en el proceso electoral del Estado de México en el que todo apunta que el PRD y el PAN irán aliados con la intención de sonarse al PRI y de paso descarrilar el tren en el que esta trepado Enrique Peña Nieto. Este sabe que  el PRI tiene que ganar las elecciones, con poco o mucha ventaja, sobre los otros  partidos para reafirmarse en la candidatura presidencial. Si se  pierde el Estado de México –con su presupuesto de 148 mil 323 millones de pesos para este año, cuatro veces más que el de Tamaulipas--  es probable que también se  caiga la candidatura de Peña Nieto.

No solo esta juego el Estado de México, si no  el futuro de México, lo que hace que  partidos, gobierno y grupos de poder se interesen en lo que está ocurriendo y lo que ocurrirá en esa entidad. Y más de uno va a intentar meter las manos para proteger sus propios intereses.

Si  el PAN y el PRD van aliados, y todo apunta que así será, y ganan la elección, seguramente  el 4 de julio estarían revisando la posibilidad de aliarse en el 2012, posibilidad que  hasta ahora  descartan  las dirigencias de ambos partidos, pero por lo visto el Presidente de la República no, si se recuerda aquel mensaje en el que le pidió a los consejeros nacionales del PAN no cerrarse a la posibilidad de un candidato externo.

Al final, al Presidente Calderón le interesa que su partido, ya sea solo o aliado, siga gobernando al país y que le cuide las espaldas, una vez que salga. Seguramente  una vez que Calderón  deje el poder será víctima del canibalismo partidista y periodístico, como ha ocurrido siempre, pero eso ya es normal. Lo que no es normal es que una vez que se deja el poder se dé una persecución  judicial y eso es lo que  buscan evitar todos los que dejan el poder. Que se hable mal del que se fue, es normal: pretender meterlo a la cárcel, ya es otra cosa.

Sí el PRD y el PAN se ponen de acuerdo en el Estado de México y ganan la elección, buscarán replicar este método en  el resto de las 31 entidades. Eso bien  que lo sabe el PRI y por eso  su dirigente, Humberto  Moreira se ha centrado en un plan para señalas las incongruencias ideológicas entre ambos partidos, aunque queda claro que esto  no es un asunto de ideologías, sino de poder.

Finalmente las aguas se apaciguaron en la CNOP y  todo seguirá igual, al menos durante algunos  meses  más. Rodolfo Ramos afianzó su liderazgo y Feliciano Guerra será integrado con una cartera más, pero queda claro que el primero sigue siendo el secretario general.

Esta permanencia en la CNOP no es circunstancial. Ramos ha mostrado tener liderazgo, que no le caiga bien a uno que otro, es natural. Así nos pasa a todo mundo. Churchil se expresaba muy mal de Gandhi y lo llamaba desarrapado.  Circula también algún libro donde se habla muy mal de la madre Teresa de Calcuta, de tal manera que si hay quienes criticaron  negativamente a Gandhi y la madre Teresa, ¿Qué podemos esperar los demás?

Por supuesto, estos ventarrones que sacudieron a la CNOP tienen que dejar alguna experiencia tanto a los de a dentro como a los de fuera y a cada quién le toca  hacer sus propias conclusiones.

Y mientras que en la CNOP paso el vendaval, en el PRI todo sigue igual. No hay cambio en el guión y es cuestión de días, dicen los que saben, para que se concreten los cambios.

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