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Homenaje a una mujer de abril

Fernando Acuña

3 de abril, 2011

   Hace  algún tiempo, un fin de semana, tal vez por  la mañana, ya con el sol  de bruces sobre los tejados  de la ciudad, tocaron a mi puerta. Pensé que  era un vendedor y estaba en lo cierto. Pero jamás imaginé la mercancía. No  eran golosinas, ni tampoco algún cachivache  utilitario. Nada de eso.

      Eran……eran,  como  le podría explicar,  bueno, cosas  hermosas, pero a la vez  reflexivas  y profundas. Se lo explicaré  en mis propios términos: haga de cuenta que el hombre aquel,  de aspecto ordinario,  trajese un texto inédito y  me vendiera la posibilidad  de cambiar el destino de  algún cuento  ó de una novela.

     Nuestro  vendedor  urbano,  había  recorrido  las calles  de los pueblos.  Lo hacía para ganarse unos cuantos pesos. Su ignorancia  le impedía darse cuenta que,  su oferta no tenía precio. Pero no podía dejarlo escapar. Por encima de su circunstancia…aquel personaje, exponía  los valores  y   el  humanismo de todos los tiempos  a….la  impunidad.

     ----¿Cuánto  cuestan..?,  le pregunté,  y  al hacerlo,  juzgué  que  era  exactamente  lo mismo  consultarlo  por el precio  de la inspiración,  el amor,  y  la libertad.

  ¿Usted, estimado  lector, cree que  estos valores tengan  un valor monetario en el mercado..?  ¿Cuándo   le expresa  algo  agradable  al ser amado. O cuando  sienta en sus piernas a sus pequeños  hijos, ó  juega con ellos, piensa en términos de dinero..?  Obviamente no.

     La  razón es que, existen  hilos invisibles  que  todavía mueven al mundo. Tal  vez  están muy débiles. Pero  hay que rescatarlos. Como comunidad nos hemos olvidado  de muchas cosas. La angustia existencial  es un muro que nos  aísla  y nos debilita.

 

------Las  que quieras..a  500  pesos,  me  respondió  el  pajarero.

  Las  aves  enjauladas,  luchaban  inútilmente por salir, con el plumaje vencido. Me imaginé  a nuestra realidad  de país agobiado por  sus problemas. La nación y sus alas rotas. Los miedos  individuales  y colectivos. Y  en contraposición,  la  estación más bella,   que   en abril  se manifiesta, con su caudal  de flores,  de  hojas  tiernas  y verdes,  como una bandada  de  cantos  vegetales, coronados por sus aromas.

  Le  compré  un  “cardenal”  de  destellos  rojos  y brillantes  que parecía  un corazón alado, bajo el resplandor del sol. Era como  una sonrisa. Ahora  la comparo con  esa alegría que, mi novia Claudia Edith mostraba  en   las charlas con  sus  compañeros  de los medios  y  sus amigas. En otras palabras, era algo hermoso  e inolvidable.

 Hace una década ella se fue. Pero su recuerdo, vive y  se fortalece,  en el paisaje  de un estado  y de un país,  al cual  ella  sirvió  con  su  trabajo de periodista  tenaz  y  comprometida. Es  una eterna mujer de abril. En éste mes nació, justo el día  dos. Nos unió  el amor por periodismo,  la inspiración  y  la libertad.

         Especialmente en abril/  se echa a la calle  la vida/ cicatrizan las heridas/  y al  corazón  como al sol/  se le alegra  la mirada/  y se abre paso entre las nubes. Al paisaje se le suben/ los colores a la cara. Todo esto  nos dice   Joan  Manuel  Serrat  en su  canción, “Especialmente en Abril”.

   Esa mañana  me subí al coche, con el ave  a cuestas. Sentía que llevaba  la Primavera bronca  y radiante  entre mis cristales. La liberé  en los límites de la ciudad, donde  la vegetación se  articula en  un diálogo  de  ciclos  invisibles  con   el aire  y la luz del día, bajo el vientre infinito  del firmamento. La  risa y el gesto vivaz de Claudia estaban en sus alas.

  Hoy,  está  columna la dedico en su memoria  que sigue  gravitando  sobre  Tamaulipas y el país,  como un testamento de optimismo  y de pundonor. Pero  sobre todo, de esperanza  en  un futuro mejor.

   Pude haber  construido  un texto  íntimo, sin otro cometido que,  el  soliloquio del alma. Pero  he querido compartirlo  con  mis lectores, como  una propuesta  de  avanzar  juntos,  en  una ciudad, en un estado y un país que nos pertenecen.

    Retomando  la reflexión  de párrafos anteriores,  el guión de nuestra realidad social,  no  es  definitivo. Podemos  y  debemos  crear  un jardín  de historias exitosas.

     Como  escribió  Pablo Neruda: “Podrán Cortar  todas  las flores, pero jamás detener la Primavera”.

-----SERGIO  FAJARDO  ESTARÁ  ÉSTE VIERNES 8  EN  TAMAULIPAS-----

   El    ex alcalde  de la ciudad  de Medellín  Colombia,  y uno de los activistas  emergentes más  connotados   del continente  Sergio Fajardo,  estará  éste viernes  en  nuestra  capital, para una serie de charlas  con  la ciudadanía.

  Por  las características  del  conferencista,  me parece que  no se requiere un público  especializado,  sino todo lo contrario:  se busca que su mensaje llegue  a  la mayor cantidad de  personas,  pues el  tema que  plantea,  se refiere precisamente  a eso:  a la gente  que en una comunidad como la nuestra  y  en  la de buena parte del país, sufre los embates  del fenómeno,  cuya explosividad  prácticamente  paralizó   a ese país  sudamericano, en los ochenta.

    La  propuesta  de Fajardo  se orienta en el sentido  de crear  bases  políticas  y sociales  de nuevo tipo,  a través  de una lucha   que  implica  por un lado,  atender  los reclamos  de los estratos marginales. Disminuir  a toda costa  los niveles  de pobreza. Ir  creando  un  entorno  social  diferente,  fundado en la igualdad de oportunidades. En mi opinión,  el injusto sistema neoliberal, ya está agotado.

  Fajardo  se presentará  el viernes próximo,  a las  11:30  de la mañana, en el magno recinto  del Centro  Cultural,  “Amalia González  Caballero  de Castillo Ledón”. Gracias Liby, por recordarnos, en  tu correo  a Serrat. Es un buen referente.

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