Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
29 de abril, 2011
Hoy es 30 de abril, día asociado con risas, paseos, dulces y juguetes. Pero también con los cuentos, con la imaginación y con los recuerdos. Mi abuelito solía decir que el corazón no envejece, y que la piel es la que se va marchitando. Dicen que el niño que fuimos ayer, determina al adulto del presente.
A los tres años de edad, el pequeño Mozart le pidió a su papá que le enseñará a tocar el piano. Dicen que Albert Einstein fue un niño que hasta los cuatro años, aun no hablaba. Pero un día, al estar tomando sus alimentos, exclamó: ¡la sopa está demasiado caliente! Los padres le preguntaron: ¿y porque nunca habías hablado..? Porque hasta ahora, todo estaba en orden.
Kafka fue un niño temeroso, solitario e introvertido. Oscar Wilde fue obligado en su infancia a vestir como una niña, pues sus padres no podían superar el fallecimiento de su hermanita mayor. Fue un niño que no participaba en los juegos de los demás y se refugiaba en la lectura. Y así por el estilo podemos reseñar, la infancia de personajes famosos. Pero…¿se han preguntado ustedes como sería la infancia de quienes hoy integran el gabinete que encabeza Egidio Torre Cantú..?
He aquí algunas respuestas:
A Mónica González García, la actual Secretaria de Desarrollo Económico, le gustaba ver los programas del “Chavo del Ocho” y “Tío Gamboín”. Le gustaban las bicicletas, los patines y las muñecas barbies.
Al Secretario de Salud, Norberto Treviño García Manso, le gustaba platicar con su padre en el jardín. Y jugar con su hermana Teresa, la desaparecida atleta de prestigio internacional, de la cual hay una placa a la entrada del estadio Marte R Gómez. Al niño Norberto le gustaba también jugar al trompo, a las canicas y al yoyo.
El Secretario de Educación, Diódoro Guerra Rodríguez, fue un niño apasionado por el beisbol. Le gustaba jugar con sus amiguitos, con pelotas que ellos mismos fabricaban. En la escuela, las materias que más le atraían eran las matemáticas, la física y la química. El pequeño Diódoro, se escapaba frecuentemente a nadar con sus amigos al Río Bravo..ello le costó, en algunas ocasiones, una que otra regañadilla de sus padres. Pero después, con sus altas calificaciones lo compensaba.
La Secretaria de Desarrollo Social, Blanca Dinorah Guerra, guarda memorables recuerdos de su infancia, ubicada en un área rural de la frontera. Era una colonia de PEMEX, ubicada en la periferia reynosense. Ahí esta niñita acostumbraba pasear en bicicleta. De los programas de la tele, le gustaban los “Picapiedra”, “Tom y Jerry” y los “Supersónicos”.
Pero también la niña “Dinhorita” le entraba con ganas a los dulces. Sus preferidos eran los de leche con nuez, de calabaza y los ates de membrillo.
La niña Dinorah salía al campo con sus padres. Pero en otras ocasiones solían pasar largas temporadas en casa. Ahí se divertían con juegos de mesa como las damas chinas o inglesas, o bien se divertían jugando a las escondidas. Junto con chiquitines de su edad, Dinorha jugaba a la lotería y a la matatena.
Jamás quiso regalar a sus muñecas, pese a que su madre le compraba nuevas. Pero un día su hermano Abel regaló algunas de sus monas viejitas a niñas que no tenían juguetes. Desde entonces, según la hoy psiquiatra, decidió donar todas sus muñecas que había acumulado, y estaban pasadas de moda.
Otra historia más: en su infancia, a la niña Liby García Cabriales, le gustaba leer, porque sus padres tenían libros en su casa. Pero también, entre sus aficiones favoritas destacaba la de subirse a los árboles de mango, hasta las últimas ramitas, para comerse los mangos más jugosos.
Le fascinaban los juegos callejeros como el bebeleche, el avión y las matatenas. A las muñecas no les hacía el feo, pero no le gustaban tanto como las diversiones ya mencionadas.
Al Subsecretario del Empleo, Carlos Sánchez, le gustaba mucho jugar al beisbol. Sus golosinas predilectas eran los chocolates.
Era aficionado a todas las caricaturas en general. Pero el programa que más le encantaba era el Chavo del Ocho.
Como bien se puede observar, los hombres y mujeres que hoy tienen sobre sus hombros, la máxima responsabilidad de administrar los destinos de Tamaulipas, fueron niños normales, que no tuvieron acceso a internet, al twiter o a facebook. En los días del Niño o en las navidades Santa Claus nunca les llevó un celular o un blackberry.
Se educaron en las caricaturas de Walt Disney y de los Looney Toons. Pero sobre todo, quedaron marcados por las inocentes travesuras del Chavo del Ocho.
Sus juegos fueron las canicas, el trompo, el balero, el yoyo, la matatena y las muñecas. Diversiones sanas de aquella época. ¿De qué manera aplicarán hoy, sus habilidades infantiles de aquellos tiempos, en la conducción del Tamaulipas actual..? Eh ahí lo interesante.
-------------AQUÍ NACIÓ EL DIA DEL NIÑO-------------------------------
Celebrar el Día del Niño me parece de lo más importante. Hoy lo hacemos en todo el país. Lo que casi nadie sabe, es que, el origen de esta celebración, fue notariada en ciudad Victoria a principios del siglo pasado. En dicha acta se especifica que, la primera fiesta fue en Tantoyuca Veracruz, un 8 de mayo de 1916. Quise rescatar el dato, pues me parece de lo más relevante, darnos cuenta que, nuestra capital tamaulipeca fue la cuna legal de una tradición que nos habla de lo más tierno que poseemos como sociedad mexicana: hijos sobrinitos, nietecines; nuestra infancia.