Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
21 de mayo, 2011
Quienes ya se soban las manos, convencidos de que el PRI regresará a Los Pinos con relativa, bien harían en revisar las encuestas del 2005 y 2006.
En marzo de 2005, Mitofsky reportaba que Santiago Creel tenía el 71 por ciento de las preferencias de los panistas para convertirse en su abanderado presidencial, contra un 9 de Felipe Calderón. El chaparrito no pintaba por una sencilla razón: no era el candidato de Vicente Fox quien prefería a quien fue su Secretario de Gobernación. Siete meses después, Felipe Calderón destrozaría las ilusiones de Creel al ganarse el derecho de ser candidato del PAN con el 58 por ciento del voto de los panistas y un 24 de Creel.
En marzo, Mitofsky daba como favorito para ganar la presidencia de la república, al PRI con el 27 por ciento, 20 del PAN y 17 del PRD y todos conocemos la historia de lo que ocurrió aquel primer domingo del 2006 en que muchos priistas lloraron la exagerada confianza que fincaron en su voto duro, convencidos de que nadie los podía derrotar.
En octubre del 2005, antes de que Felipe Calderón, ganase la candidatura del PAN, a Santiago Creel lo favorecía el 23 por ciento de los mexicanos, un 26 a Roberto Madrazo y un 31 a Andrés Manuel López Obrador.
En enero del 2006, López Obrador despuntaba con el 39 por ciento de las preferencias, un 30 de Felipe Calderón y 29 de Roberto Madrazo.
En febrero, el tabasqueño llamó “chachalaca” a Vicente Fox, lo que no le agradó a muchísima gente y no porque se estuviera ofendiendo al Presidente, sino por la intolerancia con que actúo. Ese insulto lo afectaría ligeramente, como lo mostró la nueva encuesta del mes de marzo que ubicó a Andrés Manuel con 38 puntos, 31 a Calderón y 29 para Madrazo.
A principios de mayo, todo cambio. Por primera vez, Calderón se ubicó en el primer lugar de las preferencias con 35 puntos, 34 para López Obrador y 27 para Madrazo. La gente del PRD puso el grito en el cielo, dijo que aquello era una farsa y que López Obrador seguía manteniendo una ventaja de 10 puntos sobre el PAN porque así lo marcaban sus propias encuestas. Encuestas que, por cierto, el PRD jamás mostró, pues creyó que por decirlo López Obrador era suficiente.
Hace unos días, Mitoksky dio a conocer su última encuesta, en la que Enrique Peña Nieto va a la cabeza con 47.7 por ciento; Andrés Manuel López Obrador, con 19.1; y Santiago Creel, con 14.7. Estos tres personajes son los que puntean las preferencias en el PRI, PRD y PAN, respectivamente,
Toda esta historia de las encuestas, debe ser motivo de análisis de los priistas para no caer en simplicidades.
A lo largo de toda su historia, el PAN ha demostrado que no es un partido de masas, ni le interesa serlo. A diferencia del PRI y el PRD, los panistas respaldan a su candidato presidencial, una vez definido, de manera total. No sucede lo mismo en los otros dos partidos, donde los perdedores a veces se suelen convertir en el principal enemigo del candidato. Ahí está el caso de Elba Esther Gordillo diciéndole a Roberto Madrazo, que “eres el candidato, pero no serán el presidente de la república”. Y en el PRD ya sabemos cómo se la gastan las tribus. Si bien es cierto que el PAN en este momento se ubica unos puntos menos que el PRI, la ventaja que tiene es que su unidad está garantizada, mientras que la del PRI se tiene que construir todos los días.