Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de julio, 2025
De risa las acusaciones contra doña Claudia respecto de que está convertida en publirrelacionista del “mayo” Zambada. Más cómico que algunos medios de comunicación conservadores como Reforma, (y desde luego “analistas” de tendencia neoliberal y apátrida), otorguen importancia a las palabras de un litigante defensor de criminales quien por esta sola razón ha de tener la conciencia más negra que una noche tormentosa en despoblado.
El sujeto que osa difamar a La Jefa es un tal Jeffrey Lichtman encargado de convencer a los jueces de que Ovidio Guzmán es una blanca palomita cuando sobran evidencias de lo contrario. Lo que el abogadete busca más bien, es aprovechar el caso para alcanzar notoriedad. Oiga, ¡cómo se atrevió a ofender a la institución presidencial!.
Por supuesto es una agresión contra México, sin embargo “no tiene la menor importancia” diría Arturo de Córdova, viniendo de quien viene. En este sentido hace bien el supremo gobierno en no caer en la provocación, aunque en principio, “y nomás pa’ no verla dio’quis”, repudia lo dicho, sin llegar a la polémica considerando que ello solo beneficiaría los intereses mercantiles del leguleyo.
La verdad es que Ovidio Guzmán busca evadir la cadena perpetua, si es que no resulta tan chismoso como los gringos esperan en el afán de conocer a fondo el laberinto que significa el tráfico de drogas, tanto en nuestro como en EU, y todo lo que existe alrededor de este monstruo devorador de vidas, sobre todo de jóvenes sin esperanza, pero sí mucho sufrimiento para sus familias.
En cuanto a Jeffrey Lichtman lo que pretende es cobrar y cobrar bien, y de paso lograr fama traducida a dólares así sea colgándose de instituciones, como el Poder Ejecutivo encabezado por Claudia Sheinbaum, quien rescata la dignidad causando admiración en el mundo-mundial por la intransigente voluntad de sepultar el pasado y transformar presente y porvenir a favor de las mayorías.
Por otra parte, nada que ver con la pena que ha de sentir Adán Augusto López, (hasta ha de creer), presidente de la junta de coordinación política del senado de la república. Y es que el secretario de Seguridad durante su mandato como gobernador de Tabasco cuyo nombre es Hernán Bermúdez Requena, resultó ser un miembro más de la delincuencia organizada por lo que se hizo acreedor a la correspondiente orden de aprehensión. Solo que el tipo huyó “con rumbo desconocido”. (Piense que alguien de la fiscalía le dio “el pitazo” y acertará).
Lo malo para don Augusto son las dudas que crea a su alrededor. Imagine si en la carrera interna por la candidatura presidencial hubiera triunfado, probablemente tendríamos al prófugo en lugar de Omar García Harfuch. Es “una supongancia”, dirá el ranchero, porque el “hubiera” no existe.
A propo, ¿cómo es posible que a la Guardia Nacional se le haya pelado alguien al que mantenían bajo custodia acusado de exportar, distribuir droga y no sé cuántas cosas más relacionadas con el mismo delito?. Se trata del chino Zhí Dong Zahang (“Brother Wang” pa’ los cuates). Y deje que días antes García Harfuch había celebrado con pitos y fanfarrias su detención y ahora lo busca hasta bajo las piedras con escasas esperanzas de encontrarlo. Le digo, pa’ vergüenzas no gana uno. De plano el columnista ya no entiende lo que pasa o ya pasó lo que entendió.
SUCEDE QUE
¿“Onde” andas Lucía Aimé?
Y hasta la próxima.