Con todo el Poder de la Información

Luis Alonso Vásquez

Dirección General

Martha Isabel Alvarado

Sub Dirección General

Logotipo Reportes en la Red
El Partenón
Alberto Guerra Salazar

Pueblos Mágicos

Alberto Guerra Salazar

José Inés Figueroa

...Y también tramposos

José Inés Figueroa

Arnoldo García

Desbocado

Arnoldo García

Nuevo Laredo

Función de Programa Paisano

Raúl HERNANDEZ

16 de julio, 2011

Si usted vive en la frontera y planea viajar en autobús a los Estados Unidos, saliendo desde el lado mexicano y luego regresar por la misma vía, más vale que se haga a la idea de que  va a  tener que esperar una o dos horas, a que lo revise el personal de migración americana, y de 4 a 6 horas, el personal de aduanas en el lado mexicano.

En cuanto a los agentes migratorios americanos no hay mayor problema. Por lo regular son atentos y respetuosos, listos para orientar a quien se los solicita y la espera se prolonga en función de las unidades que haya que revisar.

En cambio, en el lado mexicano. ¡Cuidado!, el persona aduanero no conoce de reglas de urbanidad y para empezar retrasa la revisión lo más que se pueda,  aunque solo haya dos o tres unidades  en espera turno, buscando vencer por cansancio a los pasajeros y que estos terminen por hacer una coperacha, para  juntar tres o cuatro mil pesos, a cambio de  acelerar la revisión.

Pero además, si ante la tardanza a que es sometido, al pasajero  se le ocurre dejar el autobús y tomar un taxi para que lo mueva, no lo intente. Pues el personal  aduanero actúa como auténticos  guardias nazis y amenazan con detenerlo por violentar el procedimiento.

Ah,  pero que no pase algún criminal, pues estos oficiales se lastiman la espalda al darles paso libre.

De nada sirve la presencia de personal del Programa Paisano, de la Secretaría de la Función Pública o de cualquier otra dependencia. Acudir a ellos o no acudir, tiene el mismo resultado. Nada cambia si al frente del gobierno están tricolores o azules, para el caso es lo mismo. La impunidad ante todo.

En Reynosa, el Presidente Municipal, Everardo Villarreal anunció la construcción  de un estadio de futbol con cupo para 18 mil espectadores. La obra requiere de una inversión de 130 millones de pesos y será aportada por la iniciativa privada y los gobiernos municipal y estatal.

Con este estadio, cuya construcción iniciará este año,  los inversionistas deportivos  podrán  planear la adquisición de la franquicia de algún equipo de segunda división que pueda dar el salto a la primera A, idea que no suena descabellada pues Tampico y Ciudad Victoria ya han tenido equipos de primera división en el pasado.

La idea suena  bastante atractiva y qué bueno que allá primero se pensó en un estadio y luego en un equipo de futbol, en cambio aquí en Nuevo Laredo meses atrás un equipo de tercera tenía la opción de  ser campeón, pero si lo hubiera logrado se hubiese quedado varado en esa división por la poderosa razón de que la ciudad no tiene un estadio con 18 mil asientos, lo establece la Federación Mexicana de Futbol. Lo malo es que la afición se ilusionó  pensando en que su equipo ascendería de liga porque nunca le hablaron  con la verdad. Si finalmente se hubiese logrado el campeonato, la franquicia se hubiera vendido a otra ciudad y se hubiera mandado al carajo a los aficionados.

En Nuevo Laredo casi todos los promotores deportivos quieren que del presupuesto gubernamental salgan los sueldos de jugadores, el pago del  uso de las instalaciones,  impuestos, viáticos etc., y  que de esos mismos gastos  que aporta el gobierno se genere una ganancia para el promotor por su linda cara.

Más artículos de Raúl HERNANDEZ
El Partenón
Martha Isabel Alvarado

¿Así o más veloces?

Martha Isabel Alvarado

José Ángel Solorio

Las utilidades de la Historia

José Ángel Solorio

José Luis B. Garza

La frontera, un tercer país

José Luis B. Garza

Carlos López Arriaga

Amparos, mentiras verdaderas

Carlos López Arriaga

Clemente Castro

Van contra la impunidad

Clemente Castro