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Camino del periodismo

Raúl HERNANDEZ

14 de agosto, 2011

Aunque siempre me ha gustado el estilo directo de Julio Scherer y he leído casi todos sus libros, confieso que como mis inicios en la vida adulta coincidieron con el Excélsior de Regino Díaz Redondo, siempre me gusto ese Excélsior en el que en la primera página escribían Manuel Buendía y José Luis Mejía y en sus páginas interiores coincidían, Margarita Michelena, Manú Dorbierer, Manuel Mejido, Gastón García Cantú y Mauricio González de la Garza que pudo darse el lujo de  vender miles de copias de su libro Ultima Llamada, del que se vendieron un millón de ejemplares, según Grijalbo. Vaya usted a saber si vendió o  no el millón de ejemplares, pero de que vendió muchos, los vendió. Eran  los mismos años en que Gabriel García Márquez  público su Crónica de una muerta anunciada y su tiraje inicial fue de un millón 50 mil ejemplares, en una edición que salió al mismo tiempo en Colombia, bajo el sello de Oveja Negra y en México, con el sello Diana.

Han pasado casi  tres  décadas de que Manuel Mejido publicó “El camino de un reportero” y releerlo es todo un gusto.

Por alguna razón, cada vez que en las escuelas de comunicación  se abordan los tiempos modernos del periodismo se  pretende hacer una distinción entre el Excélsior de  1968 a 1976, dirigido por Scherer y el de Regino Díaz Redondo, de 1976 al 2000, para hacer una diferencia entre los buenos y los malos, aunque  lo mismo se  comenta de la Televisa de antes y después de Jacobo Zabludovsky.

La realidad es que todas las épocas  tienen  sus claro oscuros.   Ni todo está podrido, ni todo es  dulzura y en todo caso hay que buscar un balance entre uno y otro.

El periodismo, el ejercicio de la libertad de expresión, vive momentos difíciles, pero igual ha ocurrido siempre. Joaquín Fernández de Lizardi, Filomeno Mata, Ricardo Flores Magón, Belisario Domínguez, Martín Luis Guzmán, Julio Scherer, Manuel Becerra Acosta, entre otros muchos,  en su momento les tocó sufrir la represión  del gobierno y de la iglesia, en el caso del primero y eso que estamos  hablando de los primeros años del siglo XIX.

No hay mal que dure cien años ni enfermo que lo aguante. Si hoy el periodismo  recorre un túnel obscuro, tarde o temprano terminará atravesándolo  y vera  la  luz que marca el  camino.

En otro tema,  aunque el regidor Luis Carlos Hinojosa  ha sido blanco de críticas  por parte de algunos colegas periodistas, el hombre todo lo toma de buen humor y  saluda a  todos, con cordialidad y respeto, porque  dice estar consciente de que como personaje público está expuesto a las críticas.

Por cierto que Luis Carlos prestó varias acuarelas con imágenes emblemáticas de Nuevo Laredo,  que  decoran  varias paredes del área de regidores y esto nos recuerda que recientemente desapareció un cuadro que un pintor local prestó al Ayuntamiento, el cual se buscó durante varios días y no sabemos si finalmente apareció.

Por cierto que recién nos acabamos de enterar que en el Museo del Louvre se permite tomar fotografías al cuadro de La Mona Lisa, para lo cual enfrente se le protege con una cubierta de cristal para que los químicos que se desprenden con la luz del flash no lo dañen. Esto permite que los  visitantes se den  vuelo retratando la joya más preciada de entre  las más de 400 mil obras  de todo tipo que resguarda el museo.

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