Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
6 de septiembre, 2011
No sabemos cómo se recibió en otros puntos del Estado el anuncio del Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública, Ramón Ochoa Delgado, de que se entregarán camionetas blindadas a 23 alcaldes tamaulipecos para mejorar su protección personal.
En Nuevo Laredo no es una novedad que los alcaldes se muevan en camioneta blindada. Lo hacen desde agosto del 2005, luego de que el regidor Leopoldo Ramos Ortega cayó abatido a tiros, minutos después de haber salido de su casa.
Después de eso ya nada fue igual. Se canceló la Comisión de Seguridad Pública y el entonces alcalde Daniel Peña Treviño empezó a usar una camioneta blindada, que originalmente era utilizada por Eugenio Hernández cuando visitaba Nuevo Laredo.
Pocos días después del incidente lamentable de Polo Ramos, Daniel Peña les reprochó a los regidores que no tuvieran mayor intervención en las tareas de seguridad y hasta sugirió que tenían miedo a lo cual Carlos Canturosas le replicó: “Pero nosotros no andamos en camioneta blindada ni tenemos guardias que nos protejan”.
Años atrás, cuando no era necesario usar vehículos blindados, una conseja popular recomendaba a los políticos no manejar su propio automóvil o camioneta para que en caso de accidente, no se le quisiera cambiar el parte, acusándolo de ser el responsable, pero haber utilizado el poder para responsabilizar al otro.
¿Hasta dónde es válido que los políticos protejan su seguridad? Si el peligro es real, vale la pena tomar todas las medidas para que protejan, aún acosta del erario. Ya no se pueda caer en la simplicidad de pensar que un personaje es tan popular y carismático que nada le puede pasar. Ahí están los casos de John F. Kennedy y de Luis Donaldo Colosio. Los dos se creían tan populares que pensaban que nada malo podría pasarles y que no necesitaban protección adicional. Con sus muertes generaron caos en sus respectivos países.
Gracias al blindaje hay políticos que han salvado la vida, como paso con la Secretaria de Seguridad Pública de Michoacán, Minerva Bautista, que el 24 de abril de 2010 fue atacada por un comando armado que impacto su camioneta Jeep Liberty en 2,700 ocasiones y no sufrió daño en su persona, gracias que la unidad tenía un blindaje nivel 4.
Vistas las cosas desde afuera, habrá quien piense que usar guaruras, es como una especie de canonjía de la cual pocos disfrutan. Nada más alejado de la realidad. Antes de fallecer, el periodista Jesús Blancornelas confesó que vivir rodeado de guardaespaldas militares era complicado, porque hasta al ir a un restaurante, se causaba problemas a los comensales porque se sentían incómodos con la presencia de hombres armados.
Alguna vez el cantante Luis Miguel explicó que darse el gusto de comprar el mismo una nieve era dificilísimo porque tenía que parar su coche frente al negocio, bajar corriendo, pedir rápidamente el helado y regresar al vehículo para no ser molestado por los fans. De poco le vale ser popular y tener todo el dinero del mundo si no puede comprar un helado de la misma manera que lo hace cualquier hijo de vecino.