Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
14 de septiembre, 2011
Ocioso sería, en estos momentos, preguntarle a los que priistas que buscan la diputación federal, si en realidad la están buscando, pues su respuesta, en la mayoría de los casos, sería que no.
Y es que los priistas no están acostumbrados a decir abiertamente que buscan tal o cual cargo. Lo dicen, solo hasta que los tiempos electorales están avanzados.
Horacio Garza en un lapso de menos de 20 años, fue cinco veces candidato: dos a diputado federal, dos a alcalde y una a diputado local y siempre, invariablemente, le decía a los reporteros que él no andaba en busca de nada. Una vez que se su candidatura estaba definida, decía que había aceptado porque el partido se lo había pedido. Años después, surgió un deschavetado que al justificar su candidatura dijo que aceptaba por su “bendito pueblo”, cuando en realidad al pueblo nunca se le pide opinión.
Aquella vieja frase de Don Fidel Velázquez, de que el que se mueve no sale en la foto, sigue estando vigente, al menos en lo que toca a los priistas, porque en los otros partidos es otra cosa.
Aunque los priistas que buscan la diputación digan que no, la verdad es que si la buscan. Aceptarlo debiera de ser lo más natural, pero no es así, pero de que buscan ser candidatos no cabe la menor duda y cada uno la busca a su manera.
En estos momentos hay quienes realizan acciones que les permitan ganarse la nominación que en lo personal nos parecen absurdas y ridículas, pero solo ellos saben porque lo hacen. Hay desde quien organiza una mega clase de baile, hasta el que promueve clases de lucha libre. Otros más siguen aquello de que “el asunto está en Victoria”, o “el asunto está en la Ciudad de México”, hasta los que se van a la capital del país e invitan una mega borrachera a algún viejo cacaixtón que pueda ayudarlos en sus locos sueños. O hay hasta el que utiliza el photoshop para convencer que es amigo, de piquete y toda la cosa, de algún poderoso político.
En medio de todo esto, priistas que no tienen ninguna posibilidad de ser nominados a la candidatura, esperan que quien sea escogido, no tenga en mente buscar la diputación para de ahí saltar a la alcaldía.
Hace dos años, la candidatura de Cristabell Zamora Cabrera fue muy bien vista por los grupos políticos porque por haber dejado la regiduría para irse a la diputación, automáticamente estaba impedida para buscar la alcaldía.
Hoy, algunos de los que aspiran a la diputación federal, tienen en mente llegar a la Congreso y de ahí saltar a la alcaldía. Están convencidos de que la diputación los acerca a la presidencia municipal y esto no gusta a muchos que quieren que los funcionarios de elección popular cumplan con el periodo para el que fueron electos y que no utilicen la diputación como trampolín. Pero todo esto no son más que buenas intenciones de priistas, la realidad es que no hay ley que impida a los políticos saltar de la diputación federal a la alcaldía. Que no guste, es otra cosa.
Cabe aclarar que hasta ahora el único caso que se ha dado de un diputado federal que dejo el cargo para irse a la alcaldía, es el de Horacio Garza Garza que en 1992 dejo su curul en San Lázaro para registrarse como candidato a la presidencia municipal. Fuera de ese caso, no hay igual, más que el de Carlos Cantú Rosas que en 1974 dejo la diputación federal, pero lo hizo desde la trinchera del PARM.