Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
18 de diciembre, 2011
Ahora resulta que será hasta el 17 de febrero cuando el PRD oficialice a sus candidatos a senadores y diputados federales por Tamauilipas Originalmente se había mencionado el 9 de diciembre como fecha límite.
El dirigente estatal del PRD, Jorge Valdez Vargas, hizo pública su pretensión de convencer al priista Horacio Garza para que acepte ser candidato por Nuevo Laredo, lo que suena como imposible.
Meses atrás Jorge Valdez se reunió en Victoria con Horacio Garza para hacerle la invitación y este se lo agradeció, pero le dijo que es priista y que mal se vería, a estas alturas de su vida, cambiarse de partido.
También se habló de la inconveniencia de Horacio para venir a Nuevo Laredo y dejarse ver en público, a lo cual no faltó quien opinó que es tan popular que puede ganar sin hacer campaña. Eso, por supuesto, es una enorme barbaridad, porque en las cinco campañas que Horacio hizo en Nuevo Laredo le metió un mundo de dinero, recorrió toda la ciudad y el distrito, en la segunda vez que compitió para diputado, y aparte se apoyo en la estructura electoral del PRI. No es lo mismo ir de candidato del PRI, que hacerlo por otro partido. Y eso le afecta a Horacio y a cualquier otro. Horacio sabe que aunque es popular, irse por otro partido sería exponerse a un descalabro seguro.
A los desmemoriados les conviene recordar que en 1988 el comediante Paco Stanley se la jugó como candidato a diputado del PRI, en el Distrito Federal, no hizo campaña confiando en que su carisma sería suficiente para ganar y al final perdió, a pesar de que en ese entonces era inmensamente popular, muchísimo más que Horacio Garza.
Pero además, quien haya leído a Víctor Hugo sabe que no es lo mismo “Los tres mosqueteros” que “Veinte años después”.
En otro tema, será porque es fin de año, pero primero los senadores aprobaron una iniciativa para quitarle el fuero a los funcionarios de elección y ahora los diputados aprobaron una reforma al artículo 24 de la Constitución para que se puedan profesar las creencias religiosas tanto en privado como en público.
Ambas iniciativas están sujetas a revisión y aprobación, en el caso del fuero, por la Cámara de Diputados, y en el caso de las creencias religiosas primero por el Senado y luego por los Congresos de los Estados.
Les falta, pues, a ambas, mucho camino por recorrer y suenan más a asunto mediático que real y al final es probable que terminen empolvadas y olvidadas, porque tanto senadores como diputados se van dentro de 8 meses y días.
En el caso de las creencias religiosas, desde hace muchos años, tanto católicos como protestantes, sobre todo estos últimos, suelen tener sesiones de culto al aire libre y ante miles de seguidores, sin que la Secretaría de Gobernación los moleste.
Aquí mismo en Nuevo Laredo, algunas iglesias cristianas han reunido a más de 30 mil seguidores en jornadas de tres días y son eventos públicos, muy publicitados.
¿Se necesitara, pues, de una reforma legal para algo que ya se hace de manera pública? Digo, es pregunta.