Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
31 de agosto, 2009
Primero estuvieron en privado y con un grupo de funcionarios estatales y federales. Después, recibieron a los reporteros por el pasillo principal que da a la sala de juntas de la oficina del gobernador. Gustavo Cárdenas a la derecha y Eugenio Hernández a la izquierda, de la puerta principal, recibiendo a la prensa. Ahí estaban, hace casi cinco años habían sido adversarios en las urnas. -¿Te entregaron nombramiento? preguntó el reportero a Gustavo Cárdenas. El mandatario y Gustavo sonrieron, se carcajearon. Y no fue todo. Adentro, en la sala de juntas, casi gritó una reportera a Gustavo: -¿Ya anda de candidato? El gobernador, encargado de la salud política de su partido, de inmediato reaccionó. “Haber Gustavo” le dijo, y le tomaba su frente con la mano derecha como si quisiera medir la temperatura. Gustavo sonreía y se resistía a la broma, pero atajaba. “Es que andan muchos calientitos”, y al final el diagnostico lo reveló el doctor Eugenio. “¡No, todavía anda bien frío!”, y hasta hizo una ademán de tranquilidad. Después de la conferencia de prensa, Eugenio dejó a Gustavo terminando de dar una información oficial sobre el pago a productores. “Pues toma asiento” le propusieron. Gustavo se sentó en la silla principal del gobernador Eugenio y atrás de él la foto oficial del mandatario. Muchos sonrieron con el morbo de la política. Y parecía que algo presintió el gobernador porque, regreso casi al minuto. “Oye ten cuidado con esa silla porque…ya pagaste, vete a otro lado…” El dicharachero de Gustavo Cárdenas, sonríe y sonríe junto con funcionarios federales, mientras el gobernador lo levantaba de la silla de gobierno, jalándolo del brazo izquierdo. “Hay mucho que pagar en todo el país”, insistía el mandatario, mientras que en la sala de juntas, aun se escuchaban las risas, por la escena de los dos políticos.