Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
12 de mayo, 2009
Ricardo Gamundi Rosas está cierto que ni el PRI ni sus candidatos desean el debate porque no lo necesitan…está cierto digo, porque salvo honrosísimas excepciones la mayoría de los tales por cuales candidatos son incapaces,- los hincan y, ¡paz!-, de argumentar el porqué, el cómo y el cuándo se convirtieron en los favoritos de la militancia para participar en esta singular batalla para alcanzar una representación “popular”. Tampoco tendrían argumentos pa’ demostrar que su partido tiene la razón ideológica e histórica pa’ rescatar el gobierno de la república…hay muchas evidencias de que el México que vemos y sentimos, no es el que merecemos. Y de ello gran culpa lo tiene el PRI aunque ayudado por el PAN en los últimos sexenios. Usted disculpe, pero la mayoría de los candidatos del tricolor no podrán debatir sobre problemas generados por la irresponsabilidad de su partido, tanta que cuando despertó ahí estaban como retando la tolerancia de los mexicanos la cual explotó, como sabemos, en el dos mil con el arribo del ahora “doctor Honoris Causa” Vicente Fox personificado por el coronel Cholalisa, y su inseparable duquesa Sonrisa. El PRI entonces, no promoverá debates y tal vez sea lo mejor después de los escándalos protagonizados a nivel nacional por sus próceres…la última reaparición de Roberto Madrazo solo fue para atacar a Ernesto Zedillo,-un presidente surgido de las filas del PRI- cuando tiene donde hartarse con los errores del gobierno panista. ¿Y qué tal la alianza de don Carlos con lo más sotanero del PAN pa’ salvar la dignidad de los Salinas cautiva tan solo por el error de “ la Paca” que se equivocó de cráneo ante el regocijo de los brujos de Catemaco. “No hay porqué debatir”, dice Gamundi porque está convencido de que los votos que cuentan son los que embarazan a las urnas y no los que hay que mendingar estableciendo compromisos a cielo abierto, y menos cuando hay que aportar ideas que dicho sea, no ha sido lo fuerte del PRI...Y ni modo que sea invento. A MI AMIGO GARZA RIVAS La salud del licenciado Eduardo Garza Rivas está quebrantada y sus amigos estamos tristes pero confiados en que su fortaleza física y moral lo sacarán adelante. Hombre fiel a los principios heredados por su padre, don Natividad Garza Leal, Lalo ha dejado profunda huella de honestidad en los cargos desempeñados. Sin mancha ha transcurrido por la administración pública y la prueba más evidente es la confianza otorgada por los gobernadores de los últimos tiempos que encontraron al respetable funcionario digno de realizar tareas, aún las más delicadas, a favor de la sociedad. Las tentaciones que esconden los cargos públicos no han doblegado, ni doblegarán el espíritu sencillo y modesto de Garza Rivas quien ha de ser sin duda, de los escasos funcionarios que presuman vivir en la medianía republicana; dependiendo de su sueldo pero agradecido por la oportunidad de servir. El estado tiene en Eduardo Garza Rivas a un gran tamaulipeco, uno de esos seres que merecen vivir muchos años no solo para regocijo de su familia y sus amigos, sino para seguir siendo ejemplo de honorabilidad y entrega al servicio de los demás. Por ahora sus amigos estamos tristes, pero seguros de que pronto volveremos a disfrutar esa sonrisa suave y contagiosa que irradia la paz interior de un hombre generoso y bueno como el maestro Garza Rivas. Hay que enviarle buenas vibras porque no siempre se tiene el privilegio de un amigo como mi querido Lalo…así sea.