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Frontera, filón de votos mexicanos en E. U.

José Luis B. Garza

26 de marzo, 2012

Este 30 de marzo habrán de iniciarse las actividades proselitistas abiertas y autorizadas de los candidatos a puestos públicos en México, después de la llamada veda política o periodo de intercampaña.

Cada uno de los partidos, con mayor o menor énfasis, se ha preparado para los 90 días que comprenden la campaña presidencial.

Pero desde la elección presidencial anterior se ha integrado como nuevo elemento del proceso el voto de los mexicanos en el exterior, derecho que los migrantes no tenían y que, por ahora, cada seis años se le da la posibilidad de ejercer mediante un procedimiento diferente al de los connacionales que permanecen en el país.

Sin entrar en mayores detalles, una de las grandes diferencias en la forma en que se sufraga es que quien vive en el extranjero lo hace por correo.

En este momento se ha cerrado el plazo que los paisanos tenían para solicitar su boleta.

Sin embargo las cifras de las solicitudes son muy distantes de las altas expectativas que se levantaron.

De acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Federal Electoral (IFE) son 61,687 los que enviaron su solicitud para recibir su boleta. De la cantidad antes mencionada 45,555 corresponden a Estados Unidos que, obviamente, es el país que más mexicanos alberga. Sigue en el orden España, de donde se enviaron 2,157 solicitudes y 2,130 de Canadá. El resto corresponde a docenas de países desde donde hay mexicanos que quieren participar en las decisiones políticas de su país.

Los candidatos a la Presidencia tienen una serie de limitaciones para hacer campaña en el extranjero, sin embargo, eso no ha impedido que los aspirantes a suceder en el cargo a Felipe Calderón no hayan hecho visitas para reunirse con diversas instituciones.

Lo hicieron así, primero, Enrique Peña Nieto, del PRI, visitando Nueva York; después, Andrés Manuel López Obrador, de las fuerzas políticas de izquierda; más recientemente, Josefina Vázquez Mota, del PAN y, finalmente, Gabriel Quadri, del Panal.

De los partidos contendientes, ninguno de ellos tiene formalmente una dependencia dedicada a los migrantes con excepción del PRI, que tiene una secretaría del Migrante que preside el diputado federal jalisciense Jorge Humberto López Portillo Basave, quien, por cierto, junto con el Dr. Arnulfo Valdivia, responsable de asuntos internacionales de la campaña de Peña Nieto, tuvieron una serie de reuniones con líderes migrantes la semana pasada para trazar las estrategias para captar el mayor número de votos en el extranjero, principalmente en los Estados Unidos.

Ahora bien, de los 45,555 mexicanos que hicieron su solicitud para recibir su boleta y poder enviar su voto por correo, la experiencia indica que un porcentaje de ellos tiene alguna insuficiencia en la solicitud y, por lo tanto, no recibirán el documento que les permitiría sufragar, lo que reducirá el número de potenciales votantes que, finalmente, también con base en la experiencia electoral de hace seis años, no todos emitirán su voto postal. Estamos hablando de una cantidad de votos no precisada, pero sin duda menor a la que representan los mexicanos que solicitaron su formato para participar en la elección.

Hay, sin embargo, un gran número de electores mexicanos en los Estados Unidos, radicados en la frontera del sur de la Unión Americana. Ese segmento está integrado por connacionales que viven en el lado americano pero que realizan actividades de diversa índole en ambos lados de la frontera, o bien, que ya asentados definitivamente en tierra estadounidense, no han perdido los nexos con México por razones familiares, de negocios o, simplemente de nostalgia y que, muy importante, tienen credencial para votar del IFE.

Hay quienes aseguran que conjuntamente, en la frontera de Texas, Nuevo México, Arizona y California, radican cientos de miles de electores mexicanos que, tradicionalmente cruzan a México para emitir su voto en elecciones. El primero de julio no será la excepción.

Estos ciudadanos mexicanos no se registran para votar en el extranjero porque al hacerlo, son dados de baja en el padrón electoral mexicano y, consecuentemente, solamente podrían votar para presidente de la República. Mantenerse con su credencial con la dirección en México les permite votar no solamente para presidente de la República, sino, también para legisladores federales de ambas cámaras y, en su caso, por candidatos a gobernador y otros puestos locales, incluidas las presidencias municipales.

Sin embargo, no hay que menospreciar el bajo número de aspirantes a votantes registrados en los Estados Unidos, de donde proviene el mayor número de divisas para México, después del las generadas por la venta de petróleo.

Hay una gran comunidad mexicana en la Unión Americana atenta a lo que ocurre en materia electoral, que aunque no desee votar, influye desde el exterior en la economía y otros aspectos de la República Mexicana.

pepebgarza@yahoo.com

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