Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de octubre, 2009
Cuando vivía Don Fidel Velázquez, la izquierda solía criticar ferozmente al llamado sindicalismo clientelar, calificándolo de nefasto, de permitir la impunidad y enriquecimiento de los líderes, a cambio de la pobreza extrema de los obreros. El sello que caracterizaba a los líderes sindicales era su enorme poder económico y la impunidad con que actuaban. Estos casos se multiplicaban por todo el país y ni Tamaulipas ni Nuevo Laredo eran la excepción. La izquierda acuñó el término de “borregos” para referirse a la docilidad con que los obreros eran manejados por sus líderes. Hoy que el gobierno federal enfocó sus baterías contra la Compañía de Luz y Fuerza y de paso acabar con la el Sindicato Mexicano de Electricistas y sus corruptelas, la actitud de la izquierda, representada por Manuel López Obrador, es oponerse a esas acciones. Era lógico que lo hiciera, pues por sistema está en contra de todo lo que haga.diga y deje de hacer el gobierno. Nada dice que la Compañía de Luz y Fuerza tenía 44 mil empleados cuando de acuerdo con los standares debiera tener 8 mil 500 y nada dice de que el año pasado el gobierno federal tuvo que apoyarla con más de 44 mil millones de pesos porque la empresa gasto más de lo que captó. A los mexicanos nos gustaría ver un gobierno que se decida a acabar con dos grandes sindicatos cuyos líderes han hecho de la impunidad su sello característico como lo son el SNTE y el sindicato petrolero. Si lo hiciera, seguramente López Obrador saldría en defensa de Elba Esther Gordillo, sin importarle que en el 2006 opero en su contra para que no ganara las elecciones presidenciales. ¿Cómo es posible que la maestra Elba Esther tenga una casa de casi dos millones de dólares en La Joya, California? ¿Cómo es posible que Carlos Romero Deschamps –dirigente del sindicato petrólero—tenga un yate que vale millones de dólares? Ninguno de los dos podrián obtener esos bienes ni ahorrando su sueldo durante toda su vida. Es más que evidente la forma en que se enriquecieron. Pero ni los gobiernos priístas ni el gobierno de Calderón los tocó, ni los tocará en tanto sigan siendo sus aliados. En otro tema, tal y como lo anuncio con mucha anticipación, Bruno Alvarez realizó su conferencia de prensa para anunciar su regreso a la política. junto con otros exmilitantes del desaparecido PARM para lo cual están dispuestos a platicar con los partidos que quieran abrirles espacios, incluido el PRI. En una conferencia que dio en Ciudad Victoria llamó invisibles a los diputados, dijo que no hacían nada, que con la mano derecha votan, pero cobran con la izquierda. Por lo pronto los parmistas han sido invitados a sumarse al PRD y al Frente Democrático Estatal para presentar un candidato común a la gubernatura. Mientras tanto, la exregidora Rosa María Alvarado está aprovechando cuanto foro puede para promoverse para una diputación local y la verdad que lo hace muy bien pues trabaja mucho. Lo malo es que su marido se deja manejar por el regidor Feliciano Guerra quien lo trae loco con el cuento de que su papá tiene mucha influencia con el senador Manlio Fabio Beltrones y que con su intermediación hasta la puede hacer alcaldesa. La realidad es que la gubernatura, las 43 alcaldías y las 22 diputaciones de mayoría de Tamaulipas serán decididas por quién despacha en el tercer piso de Palacio de Gobierno, lo cual nos recuerda que en 1998, el Presidente Ernesto Zedillo no pudo hacer gobernador ni a Marco Antonio Bernal ni a Diodoro Guerra. Tuvo que ceder ante un Manuel Cavazos Lerma que se salió con la suya e impuso a Tomás Yarrington.