Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
24 de diciembre, 2009
Hoy que se habla sobre el tema de la reelección hay voces que dicen que esto permitiría aprovechar la experiencia de alcaldes y diputados para que al ser reelectos puedan darle continuidad a sus proyectos. Y se dice también que con su voto, los ciudadanos podrían avalar o rechazar a los políticos que busquen la reelección. Sin embargo, abundan personajes que han sido varias veces diputados o alcaldes y eso no precisamente garantiza que sean efectivos en el ejercicio de sus responsabilidades. Veamos dos ejemplos de políticos nacionales. Jorge Emilio González Martínez, a sus 37 años, tiene una carrera que impresionaría a más de un tonto: De 1994 a 1997 fue representante en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; de 1997 a 2000, diputado federal; de 2000 a 2006, senador; de 2006 a 2009, diputado federal. Desde el 2000 es dirigente nacional del Partido Verde, cargo que heredó de su papá, Jorge González Torres. Jesús Ortega Martínez, de 57 años, fue diputado federal de 1976 a 1979, bajo las siglas del Partido Socialista de los Trabajadores; de 1988 a 1991, volvió a ser diputado, ahora por el Partido Mexicano Socialista; de 1994 a 1997, volvió a ser diputado, ahora bajo el amparo del Partido de la Revolución Democrática; de 2000 a 2006, fue senador. Tanto Jorge Emilio González como Jesús Ortega se caracterizan porque en los cuatro cargos de elección que han ocupado los han obtenido por la vía plurinominal. No los eligió el pueblo, se les eligió mediante una fórmula ideada por los partidos políticos. Ninguno de los dos tuvo que invertir ni dinero ni tiempo en sus campañas. Dejaron que estas las hicieran los candidatos propietarios de sus respectivos partidos y a pesar de que en los cuatro cargos duraron 15 años cada uno de ellos, no hay una sola ley aprobada durante esos períodos legislativos por los cuales se les vaya a recordar en la historia. Más bien se les recuerda por ser negociadores, cada uno desde su respectivo partido. Si la reelección se aprobara en México, esto originaría el surgimiento de cacicazgos regionales en los que los políticos repetirían en sus cargos, no gracias a la voluntad popular, sino gracias al poder del dinero que permitiría armar toda una estructura electoral que garantice votos para derrotar a los opositores. Históricamente la reelección ha sido rechazada por los mexicanos. Al menos la reelección continua, pues la otra, la de funcionarios que tienen que esperar un trienio para volver a ocupar el mismo cargo si se da en la práctica. Aquí en Nuevo Laredo tenemos el caso de Horacio Garza que en lapso de 16 años fue dos veces diputado federal, diputado local y dos veces alcalde. Si la reelección de alcaldes fuese aprobada, seguramente síndicos y regidores tendrían que participar en su propia elección y no mediante paquete, como ocurre actualmente en la que todo el peso de la campaña se lo dejan al candidato a la presidencia municipal. En México hace falta una gran reforma política que incluya todos los aspectos: educación, cultura, deporte, economía, sociedad etc., pero eso pasará hasta que el país sea gobernado por un estadista y esos han aparecido muy pocas veces en nuestra historia, el último fue Lázaro Cárdenas.