Con todo el Poder de la Información

Luis Alonso Vásquez

Dirección General

Martha Isabel Alvarado

Sub Dirección General

Logotipo Reportes en la Red
El Partenón
Alberto Guerra Salazar

Al rescate de laguna en Reynosa

Alberto Guerra Salazar

José Inés Figueroa

El vaso casi lleno

José Inés Figueroa

Arnoldo García

Desatados

Arnoldo García

Nuevo Laredo

Tiempos cercanos

Raúl HERNANDEZ

5 de noviembre, 2013

Hubo un tiempo, aún  no muy lejano, en que la clase media inscribía  a  sus hijos en  las escuelas privadas  América, México y el Colegio Irlandés. Ahí los tenían desde el kínder, primaria y secundaria.

A la hora de  ingresar a la preparatoria, la opción era la Excélsior y cuando les tocaba ir a la universidad, las opciones eran emigrar a Monterrey, a Coahuila, a San Luis Potosí, en el lado mexicano, o bien enviarlos a  Austin o San Antonio. Los que se quedaban aquí eran los menos.

El América, el México, el Irlandés y la Excélsior, prácticamente eran las únicas opciones serias, pues si  bien es cierto que había otras escuelas, a la hora de comparar la calidad de la educación, pocos padres querían arriesgarse a que sus hijos salieran mal preparados.

Con el tiempo se fueron abriendo más escuelas privadas, de nivel preescolar a universidad. Surgió el Colegio Royal, el IAES. Hace tres décadas se creó la Universidad Valle del Bravo después bautizada como Universidad Valle de México.

La UVM abrió la carrera de leyes y después lo hizo la  UAT  y los papás que antes enviaban a sus  hijos fuera de Nuevo Laredo, optaron  por dejarlos aquí, por economía y para  no separarse de ellos.

Con el surgimiento de nuevas escuelas se generó una competencia en el costo de las colegiaturas y colegios como el América y el México  vieron disminuir sus matrículas.

En el 2007 la preparatoria Excélsior tuvo que cerrar sus puertas ante el escaso número de alumnos inscritos. Años antes, el ex director de la Facultad de Comercio de la UAT,  Homero Aguirre Milling  abrió una preparatoria con la cual se buscaba captar a los hijos de  familias de clase media en adelante, pero el experimento duro pocos años.

Hoy hay una sobreoferta de escuelas privadas, de todos los niveles, donde la competencia no se centra en la calidad de la educación, sino en  los precios. Hay preparatorias cobrando 800 pesos mensuales y  esto se refleja en  maestros  con una preparación académica que no es la óptima, pues obviamente un profesionista con doctorado no va a ir dar clases de 50 minutos o una hora, a cambio de 100 pesos.

En el colmo de  esta deficiente calidad educativa hay universidades que  ofrecen licenciaturas con cuatro horas de  clase a la semana.

¿Valdrá la pena   tener exceso de escuelas patito? ¿Valdrá la pena  que un alumno se inscriba en una escuela privada, porque  le cobran,  500, 600, 800  pesos?

Claro,  que una escuela privada cobre 80 mil o 90 mil pesos el semestre tampoco garantiza profesionistas de calidad. Hay muchos ejemplos  vivos de graduados del Tec de Monterrey o de la Universidad de  Monterrey que  dan pena ajena.

En todo caso,  corresponde a los padres  tomar la decisión  de a dónde enviar a sus hijos, si optan por la educación privada, que siempre debe de verse como una  inversión y no como un gasto.

Ahora que estudiar en la escuela pública no significa  que el alumno salga mal preparado. No es la escuela la que es mala, es el alumno.

 

Más artículos de Raúl HERNANDEZ
El Partenón
Martha Isabel Alvarado

¿Así o más veloces?

Martha Isabel Alvarado

José Luis B. Garza

La frontera, un tercer país

José Luis B. Garza

Carlos López Arriaga

Doña Luz, su cara oscura

Carlos López Arriaga

Clemente Castro

Van contra la impunidad

Clemente Castro