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Atacan “los búfalos”

Max Avila

19 de enero, 2010

Un acto indiscreto y condenable puso en riesgo el proyecto del futuro político de Tamaulipas cuando el dirigente estatal del PRI ordenó a su jefe de prensa filtrar la peligrosa información que corrió como reguero de pólvora. Esta prematura actitud soltó los amarres a “los búfalos” que salieron del norte, sur, este y oeste y hasta de algunas cuevas de la sierra madre oriental, pa’ concentrarse y atacar justo en el mero corazón de Tamaulipas. El búfalo no es confiable porque golpea por la retaguardia y aunque es una especie en extinción retoma aliento cada seis años cumpliendo con su instinto de sobrevivir, aunque de inmediato cae en profundo letargo, despertando solo cuando de nuevo la oportunidad de atacar lo amerite. Y esta fue una de tales ocasiones. En política “la cargada de los búfalos” es una costumbre inherente a la condición humana que desconoce, apuñala y finalmente olvida. No confundir al búfalo con el buitre. Este animalejo definido por la Real academia como “ave rapaz de cerca de dos metros de envergadura, con el cuello desnudo, rodeado de un collar de plumas largas, estrechas y flexibles, cuerpo leonado, remeras obscuras y una faja blanca a través de cada ala. Se alimenta de carne muerta y vive en bandadas”. No confundirlos porque “la bufalada” tiene aplicación en los humanos que buscan acomodo a través del perverso arte de traicionar, mientras que los segundos sean los buitres, tienen la sublime y generosa misión de limpiar de carroña el planeta. Por ello en Europa y otros lugares del primer mundo son consentidos y altamente apreciados, no así acá donde la soberbia los relaciona con el demonio, sobre todo en el verano cuando ejércitos de puntos negros sobrevuelan en melancólicas circunferencias. Todos los hemos visto surcar el infinito y gracias a ellos descubrimos el lado donde la carroña apesta. “Los búfalos” actúan y destruyen en manada, en tanto los buitres, conocidos también como “auras”, recomponen el ambiente haciéndolo habitable. La misión de unos y otros no tiene comparación. Usted preguntará, “y o’ra, ¿este que se trae?”. Pues me traigo que ya le digo, bastó cierta información filtrada por los menos indicados relativa al inminente “destape” de uno de los aspirantes al gobierno del estado, pa’ que “los búfalos” se dejaran caer no solo atemorizando a las instituciones y al propio PRI, sino al presunto candidato que hubo de blindarse contra estos oportunistas que ven en el futuro inmediato la solución a su existencia. Llegaron de todas partes brincando cercas y destruyendo melgas, digo, tan solo pa’ formarse en primera fila y así sorprender con el “aquí estoy firme jefe y no de ahora sino desde siempre, confiado y deseoso de ser útil ayudándole a hacer llevadera la enorme responsabilidad que le otorga nuestro partido”. Así se las gastan estos gandallas que presumen lealtad cuando están ebrios de poder pero se arrodillan y arrastran al sentir que la impunidad también tiene fecha de caducidad. La indiscreción del dirigente tricolor huele a delación porque tuvo el claro objetivo de agravar la inquietud cuando la militancia camina por el filo de la navaja. Y esto, señoras, señores, es un delito muy cercano a la traición. ¿Venganza por lo de Reynosa?, o solo una tontería más. SUCEDE QUE No hay fecha que no se cumpla. El delegado del PRI,-¿no que no?, Ramiro Hernández García anunció que este miércoles se conocería la convocatoria para la elección de gobernador y es de esperarse la formalización del candidato. Concluye de esta manera la primera etapa de uno de los procesos selectivos más complicados de los últimos tiempos. Lo que sigue “es papita”, aunque lo dificultoso vendrá después de las elecciones, sease el acomodo y en algunos casos, el reacomodo. Si es que hay, si no pssss no. Hasta la próxima.
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