Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
26 de enero, 2014
La CTM está empeñada en que el PRI le respete la posición de secretario general, lo que viene sucediendo desde hace dos décadas. Hasta ahí todo está bien, lo extraño es que el secretario general de la CTM, Francisco Martínez Cortes, se empeña en que la posición la siga ostentando Apolonia Carrizales, lo que no es del agrado de algunas organizaciones obreras , entre ellas el Sindicato de Maquiladoras, que dirige Luis Eduardo Martínez López.
El principal argumento de oposición a Apolonia es que, por ser regidora, le resta tiempo de calidad para dedicárselo al PRI, además de que junto con José Ramos Zapata, les corresponde una gran parte de la derrota de julio del 2013. No se puede premiar lo que fallo.
Pero además, a muchos prisitas les molesta que Apolonia Carrizales aproveche toda ocasión para ensalzar a la administración municipal del PAN, lo que contradice la posición opositora del PRI.
Claro, para nadie es desconocido que tanto Apolonia Carrizales como su antecesora, Adela Sandoval, fueron secretarias generales para la foto. Ni Adela ni Apolonia, tuvieron un papel activo en el PRI. Fueron objetos de ornato y es una lástima que la CTM desaproveche la oportunidad de tener un auténtico secretario general que supervise la estructura territorial, que busque que se le de juego a todos los sectores y organizaciones, que conozca cómo opera la secretaría de elecciones y como se puede mejorar el trabajo de los jefes de cuadra, los de manzana, de los seccionales, de cada una de las zonas. El trabajo político no es ir a posar para una foto.
En otro tema, el diputado federal Enrique Cárdenas del Avellano causo polémica al anunciar que presentará una iniciativa de ley para obligar a los reos a que paguen los costos económicos que representa tenerlos en la cárcel.
Este es un tema que tiene muchas aristas. Quizá Cárdenas desconozca que en la mayor parte de los reclusorios mexicanos los reos pudientes sueltan carretadas de dinero para darse toda clase de lujos, pues no están dispuestos a que su dieta diaria consista en un pan blanco y café negro en la mañana y un plato de atole o de frijoles en la tarde.
Los mexicanos nos asombramos de que en Colombia, Pablo Escobar haya construido su propia cárcel para luego entregarse a las autoridades y cumplir ahí su condena, pero en realidad estos casos, guardadas las proporciones, también se encuentran en nuestro país donde los reos se las ingenian para tener 40 abogados defensores a los que ven casi todos días, dizque para discutir su propio expediente y a las autoridades nada de esto se les hace extraño.
En nuestras cárceles se siguen dando casos tipo Jean Valjean: cómo se obligaría a pagar al que fue a dar a la cárcel por robar un poco de comida. Y también está el caso del que aún teniendo dinero no quiera pagar, ¿qué le van a hacer por su desacato?
Más que en cargarle los gastos económicos a los reos hay que revisar las estrategias que permitan que dejen de ser una escuela de perfeccionamiento de la delincuencia. Hay que darles la oportunidad de que se reintegren a la sociedad, el que quiera.