Bodas “gays” en turno

Max Avila

2 de febrero, 2010

Tal vez ya notó que el tema de las bodas “gays” ocupa lugar privilegiado en el espectro noticioso y por lo tanto está convertido en casi escándalo nacional. Opiniones van, vienen, se encuentran, chocan y regresan con el mismo ímpetu cual si fuera asunto prioritario pa’ los mexicas. Pregunto y me pregunto, ¿ a quién jijos le importa que dos chicos o chicas “guau” quieran unir sus vidas y algo más?. Con todo respeto pa’ la existencia y lo trágico que el hecho envuelve, está como el caso Cabañas utilizado cual elemento de enajenación, especialmente para niños y jóvenes. Esta tragedia, como cualquier telenovela, está plagada de morbo y sensacionalismo al grado que al pobre hombre ya lo vinculan hasta con grupos non-sanctos. Ya solo falta que le gane la mujer a “Juan del diablo”. La última novedad es que el futbolista “tiene la mente en blanco” y no podrá declarar sobre los acontecimientos, en tanto el presunto agresor quien sabe en que parte del mundo se encuentre protegido como al parecer está, por el emporio televisivo. Pero este no es el punto sino las mentadas “bodas gays”. Usted dirá que si el asunto no se considera importante porqué el de la voz insiste en mencionarlo. ¡Ah!, es que sabrá que el tema pronto estará también manos de los diputados locales lo cual implica que la raza pospondrá sus angustias, ocupada como estará de conocer la forma de pensar y sentir de nuestros augustos “representantes populares” al respecto. Con eso de que algunos aseguran ser más “machos” que “el fabiruchi”. Y seguro que a los dipus panistas se les irá la vida al rechazar la propuesta, como que el tema está calificado en calidad de “diabólico” por el CEN partidista uniéndose al coro de la iglesia católica y of course, a los grupos derechistas más radicales que como sabemos tienen su domicilio fiscal en Los Pinos. Las bodas gays son comunes en Coahuila y en el DF se imponen a pesar de la rabieta de Monseñor Rivera Carrera, aunque a fuerza de ser sinceros no las imaginamos en Tamaulipas. Digo, como que todavía da cosa observar a parejitas del mismo sexo tomadas de la mano o besarse a la luz del chisme popular. No es presumidera, pero el escribidor lo ha visto en algunas de las grandes ciudades europeas y allá ni quien se fije, por el contrario no falta quien suspire, pero acá ¡horror al crimen!. Y es que aun disfrutamos el subdesarrollo sentimental que pssss, es más sabroso, sustancioso y cadencioso. En concreto, como dijo el albañil, este primer período de su tercer año, tanto los dipus como la raza tendrán oportunidad de recrearse con el asunto de las bodas gays cuya petición dicen, llegará acompañada de 50 mil firmas, ¿taaaaaantas, pssss cuántos hay?, 50 mil leyó bien aunque solo de Tampico. ¿Qué tal si las multiplicamos por diez cuando menos?. ¡Ah, verdá!. Pero no será solo eso porque si el partido Convergencia cumple también se pondrá a discusión la legalización del aborto. SUCEDE QUE El presidente de la CEDH, mi amigo José Bruno del Río recién rindió el informe correspondiente a su trabajo del año anterior y una vez más, recibió el reconocimiento del congreso local. Siempre lo he dicho, Bruno es de los escasos políticos auténticamente profesionales en Tamaulipas por lo tanto no extraña que la representación popular lo haya ratificado en la honrosa responsabilidad por un período más al frente de la CEDH. Y es que el hombre, no hay duda, es una garantía. Mientras tanto, viéndolos juntitos y en la misma actitud, el escribidor no observa diferencia entre el panista César Nava y el perredista Chucho Ortega. Ambos acudieron a Durango a levantar el brazo de José Aispuro Torres, un renegado del PRI ahora convertido en candidato a gobernador por la alianza PAN-PRD. Hasta la próxima.