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Un destino distinto

Raúl HERNANDEZ

20 de marzo, 2014

Si la izquierda mexicana fuera parecida a como lo es la del Distrito Federal,  otro sería el destino del PRD en el país.

Desde que el PRD ganó el Distrito Federal, en 1997, con Cuauhtémoc Cárdenas, han surgido gran cantidad de políticos que han terminado sus mandatos, con una imagen impoluta, al menos ante la mayoría, pues ciertamente nadie es monedita de oro para caerle bien a todo mundo.

Con imagen de buenos administradores, mejores políticos, y de decentes, han salido personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Bernardo Batiz, Joel Ortega, Andrés Manuel López Obrador,  Alejandro Encinas, Marcelo Ebrad.

Claro, del PRD del DF también han salido personajes como Rosario Robles y René Bejarano, que salieron muy, pero muy raspados.

Hasta hace algunas décadas el principal flagelo del Distrito Federal era la seguridad pública. A los provincianos nos daba miedo viajar al DF. O al menos nos obligaba   tomar toda serie de precauciones para no ser víctimas de la delincuencia desorganizada.

Al abogado Dagoberto Arzagoitia le quitaron la vida cuando los ladrones lo asaltaron y él opuso resistencia. Al ex alcalde Arturo Cortés Villada, lo asaltaron al salir de un restaurante. Este servidor también tiene su anécdota: cuatro meses bastaron para que fuese víctima de un asalto a mano armada a bordo de un camión urbano y otra vez se salvo de una turba de más de 15 tipos que quisieron asaltarlo atrás del mercado de La Merced.

Toda esa negra imagen ha cambiado en el Distrito Federal gracias a los buenos gobiernos de la izquierda. Hoy uno puede  caminar por el zócalo, por la avenida Madero, por el eje vial Lázaro Cárdenas, por la avenida Reforma, puede ir al estadio azteca, al auditorio nacional y a muchos otros lugares, sintiéndose protegido por la presencia de policías a pie y patrullas haciendo sus rondines.

Por supuesto, hay zonas de alto riesgo, en las que lo más recomendable es evitarlas, como sucede en  cualquier  ciudad.

Luego de 17 años de gobiernos  de izquierda, los defeños le han tomado confianza al PRD y lo han apoyado en las urnas.

Si la izquierda  mexicana actuara igual a como lo hace el PRD en la capital del país, hoy el partido del sol azteca seguramente gobernase la mayor parte del territorio nacional.

Para desgracia de la izquierda, el DF es un caso único. Pareciera que en el resto del país la izquierda está condenada a reñir y pelear entre sí.

En Tamaulipas y Nuevo Laredo se repite este mismo patrón. La izquierda esta tan fraccionada que corre el riesgo de que en el 2015 lo rebase Morena, la opción más reciente para quienes simpatizan con la izquierda.

Hace algunos lustros, la izquierda en  Nuevo Laredo estaba unida, pero lo estaba en función de que era un partido chico. ¿Se acuerda de los tiempos de  Edmundo Patoni, Raúl Cantú López, Horacio Briones, Horacio Barrera, y otros más?

En la actualidad el PRD vive su peor momento. Su membrecía se redujo en los últimos años y su presencia en la ciudad cada vez se nota menos. Quizá es hora de copiar el modelo del Distrito Federal, digo, si quieren crecer.

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