Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
16 de abril, 2014
Es un hecho que los candidatos independientes serán una realidad en las próximas elecciones.
Sigue siendo un misterio porque los partidos políticos aprobaron esta iniciativa pues es obvio que va en contra de sus intereses, puesto que tenemos un régimen político controlado por los partidos, pues hasta ahora a ellos está reservado el registro de los candidatos.
De ahí se que se espera la reglamentación para ver si los partidos no se ponen tan drásticos, para complicar la participación de los candidatos independientes.
Hay el temor de que los partidos terminen aprobando un método en el cual a los candidatos se les imponga la obligación de cumplir con todos los requisitos que se piden a los partidos, es decir, registrar una plataforma electoral, tener representantes en los órganos electorales, registrar representantes en las casillas, transparentar el origen de los recursos gastados en campaña, además de presentar las cuentas respectivas, y todo eso afectaría a os independientes.
Esto sin mencionar el problema que representará el origen de los recursos que se gasten en campaña, pues una cosa es que se lance un independiente y otra que lo autoricen a gastar carretadas de dinero, aunque lo tenga a manos llenas.
Esto paso con Carlos Hank Rhon cuando buscó ser candidato al Gobierno del Estado de México dijo que su fortuna personal rondaba los 500 millones de dólares y que no le importaría gastarse 100, pero el tope de gastos andaba en los dos millones de dólares.
Seguramente los millonarios tendrían que pasar la charola entre sus cuates, pues se les impondría un tope máximo en las aportaciones individuales a la campaña.
Hace algunas décadas, aquí en Nuevo Laredo había personajes con una gran calidad moral que se pensaba que podrían ganar una elección fuesen por el partido que fueran, sin embargo nunca se les dio la oportunidad.
A Leopoldo Garza Benavides el profesor Pedro Pérez Ibarra condicionó su postulación a la alcaldía por el PRI si aceptaba que le impusiera el cabildo y él no estuvo de acuerdo.
En 1986, el doctor Trinidad Garza Salinas se postuló bajo las siglas del PARM y aunque los resultados finales estuvieron cerrados, el PRI terminó ganándole.
En 1989, Héctor Bolaños Calzado buscó ser candidato a la alcaldía, compitió con Pedro Pérez Ibarra y la elección terminó siendo anulada.
Hoy no vemos en Nuevo Laredo personajes con un arrastre popular capaz de vencer al PRI y al PAN en las urnas. No hay liderazgos ciudadanos. Todo indica que quien se postule como candidato independiente tendría pocas posibilidades de competir, además de que necesitaría costales y costales de dinero, pues las campañas cuestan, y cuestan mucho.
Claro, si alguien tiene dinero y quiere lanzarse como candidato, estará en todo su derecho, si es que el Congreso del Estado termina aprobando esta ley que no le ponga demasiados obstáculos a los independientes, no sea que se les vaya a ocurrir exigir requisitos como haber sido boy scouts en su niñez o voluntario en algún país africano en su juventud, o cosas raras que imposibiliten la postulación.