Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
16 de febrero, 2010
Cuando menos en dos docenas de municipios hay inconformidad,- por llamarlo de una forma elegante-, contra el dirigente estatal del PRI. Y es que Richardo corazón de león se dejó caer contra los grupos que no aceptaron sus propuestas indecorosas. Sease que aplicó el rigor de su acostumbrada violencia ensuciando un proceso que transcurre bajo las mejores perspectivas. Ya decíamos que por su carácter, formación y vocación de servicio el candidato a la gubernatura merece escenarios acordes, no solo para el desarrollo de su campaña sino para todo lo que resta. Sin embargo ahora, con sus contadas excepciones, pareciera que también merece mejores compañeros de viaje. Y es que Gamundi seguro presiente que este puede ser el último baile de la cumbancha y por ello se afana en regarla una vez más, aunque en esta ocasión con doble y triple malsano objetivo. De suerte que la actitud del dirigente tricolor ha provocado el éxodo de destacados militantes, mismos que van a “engordarle el caldo” a la oposición en lo que sin duda es un primer ajuste de cuentas. Son grupos poderosos los marginados y aun humillados, que envían saludos a RG desde los cuatro puntos cardinales del estado, y no muy afectuosos que digamos ¡que bruto!, por el contrario, lo hacen con tal convicción que lo responsabilizan de las fragmentación priísta. Se une a estos grupos una militancia ofendida, sobre todo aquella que sigue esperando turno y que ahora estaría dispuesta a decir ¡basta!, echando a funcionar las ruedas de la historia. Lo anterior confirma que el frecuente llamado de RTC “a construir la unidad” tiene su razón de ser. Y si viera que dicho exhorto se le escucha cada vez con mayor vehemencia por el norte, sur, este y oeste. Y es pa’ preocupar. Usted dirá que el PRI sigue siendo el partido más fuerte y por consecuencia en julio obtendrá los más sonados triunfos. Y tiene razón, pero ojo, es público y notorio que las negociaciones en veinte y tantas alcaldías se le fueron de la mano a Richardo. Sea que ni por la fuerza las sacó adelante, aunque en tales afanes procuró dejar “la víbora chillando” cuando “de por si” en ciertos e importantes municipios la cosa está que arde, nomás imagine echándole gasolina. Práctica en la que, aquí entre nos, Richardo es diplomado del estado mayor de la transa política. Quedamos en que el éxodo de priístas es evidente, aunque resulta más grave la actitud de próceres quienes al no salir beneficiados juegan las contras desde adentro. Y ni modo que sea invento cuando distintos medios de comunicación y analistas, de esos que sí saben, han dejado constancia de esta realidad. Y todo por Gamundi que donde se presenta deja fuerte olor a azufre. Que gasssssho. SUCEDE QUE El de la voz lamenta profundamente la desaparición del periodista Moisés Orozco Cervantes, amigo y compañero a quien el oficio nos unió por muchísimos años. Moi fue un soñador del periodismo, de esos que ya casi no existen. Descanse en paz. A su familia el sincero deseo de una pronta resignación. Dicese que sin esperanzas de lograr la gubernatura, los panistas le echarán todos los kilos en Reynosa y Tampico. Hasta ha de creer. Mientras tanto, quién sabe que habrá detrás de los enjuagues en Procampo, pero de que a Gustavo Cárdenas lo traen como perro jabalinero, eso-que-ni-que. Oiga, todo mundo lo patea, tras “el descubrimiento” de que el secretario de Agricultura Francisco Javier Mayorga, otros destacados políticos y diversos miembros de famosas familias non-santas están inscritos en el mentado programa. Uno de los primeros en pasar a hoder ha sido al tamaulipeco. Y deje lo que puede resultar de todo este merequetengue. Como quien dice, en el PAN también hace aire. Ya ve como traen al pobrino de Gómez Punk, el secretario de Gobernación con eso de sus escrúpulos de panista “puro” y su rechazo a la alianza PAN-PRD. Mire, mire. Por su parte Cruz López pareciera que algo alcanzó a arañar con la alcaldía de sanfer pa’ Tomás Gloria Requena y una triste diputación local pa’ Checo Guajardo. Algo es algo. Luego le seguimos.