Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
6 de mayo, 2014
Las elecciones en el Valle de Texas, como todo lo que ocurre en la franja fronteriza, no le son ajenas a las ciudades que se ubican en la frontera con Texas, específicamente, Tamaulipas y Nuevo León.
Un buen porcentaje de quienes votan son hijos de mexicanos que nacieron en la Unión Americana o bien mexicanos naturalizados que actualmente cuentan con doble nacionalidad y que pueden ejercer sus derechos electorales en ambos países.
Desde luego, no se puede ignorar que también un porcentaje, aunque mínimo, de hispanos residentes en el área con derecho a votar proceden de países latinoamericanos diferentes a México.
Este fin de semana se llevan a cabo varias elecciones, entre las que destacan tres ciudades texanas fronterizas que guardan una gran relación con México por diversas razones: Mission, Hidalgo y San Juan.
En el caso de las dos primeras les ha tocado tener a la misma persona en calidad de alcaldes por largo tiempo. En Hidalgo, John David Franz lo hizo durante 22 años hasta que a principios del 2013, tras algunas controversias políticas, decidió renunciar y se llevó a cabo una elección especial para elegir a quien concluiría su último período de gobierno, donde resultó ganador Martín Cepeda, que ahora busca la reelección. Su oponente es Guillermo Ramírez, un integrante de la Junta de Comisionados de la Ciudad que es el equivalente al Cabildo en las ciudades mexicanas.
Por lo que corresponde a Mission, Norberto "Beto" Salinas, tras 16 años de alcalde, apela a la voluntad popular para permanecer otros cuatro años al frente de la ciudad, que es el término de gobierno en esta población. Sus oponentes, el gineco-obstetra John R. Guerra y el empresario Jaime Gutiérrez. Ninguno de ellos tiene trayectoria política.
En San Juan la alcaldesa Sanjuanita Sánchez tendrá que vencer a Luis Ramos para permanecer en el cargo.
Los cambios generacionales no son, con algunas excepciones, rápidos en el Valle de Texas. Pocos ejemplos podemos mencionar al respecto.
Lo cierto es que con muy pocas excepciones, Texas está llamado a tener, cada vez más, por su composición demográfica, un creciente número de funcionarios electos hispanos. Una nueva fuerza política que surge y no podrá ser refrenada.
La relación entre tamaulipecos, nuevoleoneses y texanos se estrechará más, en todos los órdenes. Aunque bueno es aclarar que ya en Texas viven mexicanos prácticamente de todos los estados de la República Mexicana. Muchos de ellos tarde o temprano serán, cuando no lo sean ya, electores estadounidenses.
DE ALLA PARA ACA
Pero aunque muchos de los connacionales han decidido radicar en la Unión Americana, no han roto su relación con México y, en muchos de los casos, sigue siendo este país su fuente de ingresos, de los más diversos órdenes.
Así, desde comerciantes y empleados, hasta funcionarios mexicanos y estudiantes, han encontrado para ellos o sus familias en Texas y otras entidades de los Estados Unidos las condiciones adecuadas para vivir, agudizado esto por las bien conocidas condiciones de inseguridad que privan en su país de origen.
Pero muchos de ellos, cuando hay elecciones, participan en el proceso para elegir a los gobernantes. Pocos deciden inscribirse para hacerlo desde el exterior ya que solamente se les permite votar por el presidente de la República cada seis años y no por candidatos a diputados, senadores o presidentes municipales. Eso parece que no va a cambiar, aun con la reforma política recientemente aprobada.
Así, cada día crece una fuerza electoral binacional que se concentra en la franja fronteriza y que influye, quiérase o no, en las decisiones de ambos países.
Su fuerza y alcance no puede ser precisada aún, pero sin duda será un importante factor político, social y económico, con un perfil bicultural, bilingüe y binacional.