Con todo el Poder de la Información

Luis Alonso Vásquez

Dirección General

Martha Isabel Alvarado

Sub Dirección General

Logotipo Reportes en la Red
El Partenón
Alberto Guerra Salazar

Pueblos Mágicos

Alberto Guerra Salazar

José Inés Figueroa

...Y también tramposos

José Inés Figueroa

Arnoldo García

Desbocado

Arnoldo García

Cd. Victoria

¿Boicot electoral?

Max Avila

28 de febrero, 2010

Empecemos con una interrogante, ¿existe la intención de boicotear el proceso electoral?. El escribidor es el primero en negarlo porque no hay fuerza ni política ni de la otra, que pueda hacerlo. Pero ojo que la sociedad está tan lastimada que la convierte en presa fácil de fenómenos, como la rumorología desatada la semana anterior en diversas regiones de Tamaulipas. En este caso miente quien diga que no sintió el terror devastando su cotidianeidad. Aquí no hubo daños materiales, pero sí de índole moral que obligaron a revaluar la tranquilidad tradicional de lugares como la capital del estado. Fueron horas difíciles en los cuales las familias replegaronse a su hábitat natural, sea el hogar, y desde ahí observaron como los rumores se fueron desvaneciendo hasta convertirse en humo. La voz del jefe político trajo la tranquilidad y llegó evitando mayor descontrol. Y es que la sociedad es capaz de muchas cosas cuando se siente acorralada. Sucedió como un terremoto que insisto, no dejó daños materiales pero sí profundas reflexiones. Ahora de que se comprobó la vulnerabilidad social en situaciones como la vivida, eso-que-ni-que. Las autoridades han prometido investigar de dónde vino el asunto y hay que confiar en resultados prontos y expeditos. Pero ese no es el punto sino la suposición de que podría estar en riesgo el proceso electoral. El de la voz vuelve a negarlo, pero acepta que los hechos de la semana anterior podrían ser un simulacro tendiente a desalentar candidatos y alejar electores. Usted dirá que falta mucho tiempo pa’l 4 de julio y tiene razón, pero no olvide que el miedo es como una punzada que duele y da escalofríos. ¿Quién no lo ha vivido?. Aceptemos por otra parte que ha habido intentos, sobre todo desde que ciertos divos de la grilla se colocaron en calidad de “iluminados”. Un penoso ejemplo es el mentado Cabeza de Vaca quien con sus berrinches y necedades ha hecho del PAN un patíbulo arrojando consecuencias que ya sufre la militancia. Si fuera el caso, es decir, que existiese la intención de ensuciar las elecciones, creo que estamos a tiempo de convertir la rumorología en buena lección aplicable pa’ que todo resulte como debe. Ya vimos que es posible alterar de alguna manera el ánimo ciudadano, la amenaza está en que dicho ánimo se conduzca hacia terrenos peligrosos. Y uno de tales riesgos, quizá el más próximo por su importancia, son las elecciones. Lo que ahora sucedió podría repetirse el 4 de julio, es aquí donde la experiencia de la semana anterior toma sentido. ¿Hasta dónde los rumores pueden destruir la confianza pública?. ¿A qué obligan estas situaciones?.Si lo relacionamos con el transcurrir político es probable que se produzcan mejores candidatos, tanto en municipios como en los respectivos distritos, en el entendido de que la sociedad avanza en dimensión geométrica y aprovecha en su beneficio cualquier experiencia por adversa que parezca. Por otra parte no es secreto que los partidos prosiguen su tortuoso caminar a contraflujo alimentados por ideas,- de alguna manera hay que llamarles-, que los aleja de los intereses comunes. Y ni modo de negar que la prioridad en cualquier sociedad es la seguridad, sobre todo en las más desarrolladas. ¡Qué ingenuos y pobres de criterio se ven ciertos alcaldes que suponen gobernar ciudades “de primer mundo”!. Se ve y se siente que son más silvestres que las pitayas y mezquites. ¿Te zumban los oídos Arturo Diez Gutiérrez?. En concluyendo, sería muy grave que utilizando la rumorología se boicotearan las elecciones, pero más grave sería que los ciudadanos lo permitieran, digo porque el derecho de elegir es irrenunciable. Si de por si pocas son las oportunidades como pa’ dejar que manos extrañas decidan nuestro destino. He dicho. Hasta la próxima.
Más artículos de Max Avila
El Partenón
Martha Isabel Alvarado

¿Así o más veloces?

Martha Isabel Alvarado

José Ángel Solorio

Las utilidades de la Historia

José Ángel Solorio

José Luis B. Garza

La frontera, un tercer país

José Luis B. Garza

Carlos López Arriaga

Amparos, mentiras verdaderas

Carlos López Arriaga

Clemente Castro

Van contra la impunidad

Clemente Castro