Prohibidos los políticos

Max Avila

2 de marzo, 2010

La política ha perdido interés. Sea que solo importa a quienes andan metidos en el ajo, digo porque el respetable tiene otros asuntos que atender, como la sobrevivencia por ejemplo. A esto agregue las disposiciones legales que motivan la incomunicación y alejamiento de candidatos, medios de comunicación y los presuntos votantes. Este proceso sí que está raro. El escribidor está cierto que la política vive tiempos difíciles. Y es que la confianza mata al hombre pero no el hambre, de suerte tal que la decepción corroe la conciencia ciudadana. Y luego con eso de que perdida la confianza ya no hay para más, ni de donde más. O sea, veeeees. Usted dirá que ello es relativo ya que existen excepciones. Y tiene razón pero las tales excepciones son muy pero muuuuy contadas. Y se me hace que sobran dedos de la mano izquierda pa’ confirmarlo. ¿A quién le importa que fulano, zutano, mengano o perengano sean aspirantes a cualquiera de los cargos de elección en disputa?. Tal vez solo a un pequeño ejército de grillos cuya ambición los confronta creando un problema extra al presunto. Ya sabemos que la mayor parte de dicho ejército se convertirá en irreconciliable enemigo porque las “chambas” no alcanzarán pa’ todos. Ahí mero se probará el grado de lealtad o de mezquindad que en asuntos de la grilla, son equivalentes, dependiendo como les vaya en la feria. El asunto es que la realidad rebasa el interés por la política. Ahora mismo la mayoría de candidatos de mueven al son que es marcan sus carencias,- morales y económicas-, y no sucede nada, nadita de nada. Ya ni siquiera la curiosidad que volvía atractivos los eventos, y todo porque los políticos dejaron de ser una especie superior pasando a ser ejemplares comunes de cualquier tienda de mascotas. Y ni modo que sea invento. Bueno, ya ni siquiera funciona aquello de “pueblo chico infierno grande” porque hasta los grillos silvestres prefieren guardar su honra bajo el colchón que ponerla a disposición del mejor postor o del chisme y la condena pública que pa’l caso es lo mismo. Sea que dejó de ser broma aquello de que se es alcalde o diputado por tres años, pero la vergüenza dura toda la vida. Y es que frente a la descomposición moral de la política y sus actores, es preferible mantener los valores y escrúpulos pueblerinos, lo cual no deja de ser ganancia en este tsunami de cinismo que han recetado los partidos. A propo, ¿ya supo que PAN y PRD van en alianza en ocho de los doce estados donde este año habrá elecciones?. Nomás pa’ que vea hasta donde llega la indignidad cortesana del mentado Chucho Ortega y sus esquiroles del ritmo. Aunque, chalalalala, el PRI toma pronta venganza echándole bulto con el PVE al pobrino de César Nava negándole la licencia temporal solicitada en la cámara de diputados quesque pa’ sacar adelante las elecciones. Imagine por su cuenta y riesgo el berrinche de FCH que en detalles como este dicen, se pone más bravo que “el hombre verde”. Quedamos en que la mayoría de los candidatos ya no atraen ni a los perros de casas ricas y menos a las fámulas que se dan gusto despreciando lo que antes era un honor. Y es que el animal político (zoon politikon) que tanto presumían los ideólogos y estudiosos, se redujo a un simple mortal con un montonón de complejos, ambiciones e infinitas ansias de venganzas prontas y expeditas. Y así, ¡pssss cómo mi alma!. En síntesis, los aspirantes que andan por ahí arrastrando la cobija son parte de la primera generación rechazada por efectos de la crisis, lo cual no quiere decir negarles el voto, sino colocarlos en su exacta y mínima dimensión que los extingue. Sea que con ellos o sin ellos las mayorías seguirán su irreversible caminar rumbo de la jodencia. Por algo “el coyote” Víctor Contreras es lo más sanito entre la grilla “de hoy en día”. Hasta la próxima.