3 de marzo, 2010
El PRI ya no puede sacar juventud de su pasado. Sea que es incapaz de vivir con dignidad su vejez. Por los años que cumple ha transcurrido todo. “Y todo, es todo”, como dijo aquel: crímenes de candidatos presidenciales, traiciones, disputas en la mera cumbre del poder, escandalotes y una disciplina que dura solo hasta donde alcanza la repartición del pastel. Ahora mismo en Tamaulipas somos testigos de cómo algunos militantes con singular alegría saltan las trancas en el afán de posicionarse en otros partidos pa’ conseguir lo que a sus ambiciones conviene. No faltan aquellos que por las mismas razones y de manera cobarde patrocinan a los adversarios. En este sentido dicese que de traidores está poblado el infierno. El asunto es que el tricolor estará de fiesta este jueves y ni como negar que en sus 81 años ha alimentado a lo más nocivo de la fauna política y en esas sigue, como si no le pesara el tiempo que lleva a cuestas desde que en el 29 fuera creado su abuelo el PNR convertido luego en PRM hasta llegar a lo que hoy conocemos como PRI. La del tricolor es una historia escabrosa, siempre luchando contra sus propias demandas de “democracia y justicia social”, hasta que en el dos mil llegó el PAN y lo descontó enviándolo a la lona para la cuenta final. No sabemos si a diez años de su alejamiento de Los Pinos será posible su recuperación, pero en lo que no hay duda es que poco aprendió de esta experiencia. El discurso es el mismo, las mafias igual, lo cual significa que la derrota de ayer pudo haber llegado pa’ quedarse. En este sentido mal hacen los expresidentes Salinas y Zedillo en balconear sus broncas porque pa’ efectos del encabronamiento popular ambos son culpables del “error” del 94, otra de las hazañas del priísmo-, uno por matar la vaca y otro por agarrar la pata. De cualquier forma de que el PRI hecho gobierno nos partió la progenitora eso-que-ni-que. Y fue más o menos por esas fechas en que la paisanada se convenció de que el tricolor amamanta monstruitos como los mencionados. Pero ojo, que a los santones del tricolor no los cambió el crimen de Colosio, el importamadrisno de Salinas, la traición de Zedillo, mucho menos los desplantes de Fox o los sueños guajiros de Calderón. A las mafias del PRI les viene “guanga” la crisis, la inseguridad o el desempleo porque desde hace mucho se divorciaron de las causas populares. Si es que alguna vez estuvieron matrimoniados con las exigencias de la militancia. De manera que el PRI nació, creció y envejeció entre dudas y sospechas. Si su origen tuvo el objetivo de unificar a los próceres revolucionarios, ya sabemos que le sobró tiempo pa’ verlos eliminarse entre si. Si intentó hacer válido eso de “democracia y justicia social”, estamos convencidos de que fracasó “de pe a pa”, como diría el inolvidable Víctor Manuel Calzado. De lo único que podrá presumir es en haber creado una exitosa clase política que tuvo a bien repartirse los haberes pertenecientes a todos, salvo honrosas excepciones,- mi general Cárdenas por ejemplo. Aunque también está obligado a aceptar ser culpable de la jodencia generalizada. No solo por su irresponsabilidad sino por fiereza con que devoró las ganancias nacionales o la riqueza que prodigó la naturaleza que pa’l caso es lo mismo. Y Petróleos Mexicanos es una buena referencia. En concluyendo, este 4 de marzo los nacionales no tenemos nada que celebrar, por el contrario, debiéramos lamentar y hacer penitencia porque hace 81 años nació un partido que en gran medida es responsable de nuestros males. Y ni modo que sea invento. Lo gacho es que no hay ni pa’ o’nde voltear destruida como fue, la esperanza personificada en AMLO. ¡joder!. SUCEDE QUE A Gustavo Cárdenas se le cayó el circo después de que FCH ratificó su confianza al secretario de turismo Rodolfo Elizondo. Un cercano excolaborador de Gus asegura que el ex titular de Procampo está en el filo de la navaja y por algo será. Hasta la próxima.