Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
18 de julio, 2014
A través de la línea telefónica, se realiza una encuesta para medir las preferencias ciudadanas en torno a los aspirantes del PRI a la diputación federal. Los que llaman, no aclaran por quién y para qué se hace la encuesta, simplemente invitan al agraciado a que responda.
Y si el agraciado acepta, el encuestador le menciona una larga lista de nombres para que escoja: de entre las mujeres se cita a Rosa María Alvarado Monroy, Yalheel Abdala, Cristabell Zamora Cabrera, Mónica García Velázquez.
Y de entre los varones, la lista es más amplia: Viviano Vázquez, José Manuel Suárez López, Daniel Peña, Ramiro Ramos Salinas, Ramón Garza Barrios.
Entre los nombres no se incluye el del ex alcalde Horacio Garza Garza, lo que ha llamado la atención a más de un encuestado, no porque Horacio quiera ser candidato, sino porque es indiscutible que sigue siendo un activo importante dentro del PRI.
Hace una semana, en entrevista con Gastón Monge y Verónica Cruz, el propio Horacio Garza había mencionado que en algunas encuestas aparecidas en Ciudad Victoria, encabezada las preferencias ciudadanas, pero aclaraba que no está buscando la candidatura.
Pero aunque no quiere ni será candidato, no se mantendrá al margen del proceso electoral del 2015. Al contrario, estará muy activo para apoyar a quien sea escogido por el PRI, como lo estuvo en el 2013, cuando participó en diversos eventos de campaña del tricolor.
Que el nombre de Horacio haya sido retirado de esta encuesta en proceso terminará favoreciendo a alguno de los prospectos, pues es evidente que al no estar su nombre, el que responde la encuesta tendrá que escoger otro. Hubiese sido más sano dejar su nombre, simplemente para que una vez decidido al candidato, se tuviese un panorama más real de lo que sucede en el territorio.
Las encuestas ciertamente no son definitivas en la toma de decisiones. A veces el elegido, ni siquiera pinta, pero si deben ser un instrumento en la toma de decisiones, pues si se escoge como candidato a quien no aparece ni en el primero, ni en el segundo, ni en el tercer lugar, el partido debe estar consciente de que eso obliga a diseñar mejores estrategias para revertir el poco posicionamiento.
Los tiempos en que el PRI podía designar a quién quisiera y ganar, han quedado atrás. Es cierto que en el 2015 serán elecciones intermedias, ya no hay candidatos presidenciales que acarren votos para el candidato a la diputación federal y eso afecta al PAN y al PRD, pero no significa que automáticamente el PRI tenga asegurada la victoria. A los que piensan así, hay que recordarles en el 2013, no había candidatos presidenciales favoreciendo a la oposición y aún así se perdió la alcaldía. Y se perdió, entre otros muchos factores, porque el PRI llegó al proceso con una unidad muy frágil. Una unidad sujeta con alfileres, porque personajes y grupos pensaron que la derrota no entraba en las posibilidades del PRI y que por eso podían darse el lujo de simular que estaban trabajando.