Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
28 de julio, 2014
Alejandro López Robles, secretario general de la Confederación Nacional Campesina, dio una entrevista de televisión en la que declaró que este año pocos hombres del campo sembraron sus tierras, porque el año pasado les fue muy mal y no tenía caso arriesgarse de nuevo, y perder más dinero.
¡Vaya declaración! ¿Desde cuándo se puede tener una bola mágica para tener la certeza de que nos va a ir bien o mal, en tal o cual actividad? Este tipo de declaraciones se escuchan mal en boca de un líder de campesinos, que lo que debe hacer es alentar a sus compañeros a que le echen ganas para superar las condiciones adversas.
Ya que hablamos del campo, nos dice Enrique Garza Flores, quien toda la vida se ha dedicado a la agricultura, que la Reforma Energética será positiva para los campesinos, ejidatarios y pequeños propietarios de terrenos donde se localice gas o petróleo, ya que con las leyes secundarias se ha establecido que recibirán entre el 0.5 y el 2 por ciento de las ganancias que genere el pozo.
Anteriormente, a los propietarios de estos terrenos Pemex les pagaba una indemnización, dependiendo de la extensión del lote ocupado y de la producción estimada, que en algunas ocasiones podía ser hasta un millón de pesos, entregados de una sola vez.
Ahora los beneficios serán mayores, pero claro para eso será necesario que en los predios se encuentre gas y esa es una situación a la que es ajeno el campesino, el ejidatario o de quien se trate.
Esto de las reservas de energéticos van a generar desarrollo en las comunidades, pero los beneficiados y los pueblos, deben entender que todo es temporal.
Hace tres décadas, por ejemplo, floreció el poblado de Mirando, localizado a unas 32 millas de Laredo, Texas, por la carretera a Corpus Christi, al encontrarse gas.
Varias decenas de familias laredenses emigraron al poblado, que llegó a tener poco más de 400 habitantes, todos viviendo de la explotación de los pozos de gas. Sin embargo, hace unos 15 años, los pozos se secaron y las familias tuvieron que regresarse a Laredo, pues el trabajo se acabó.
Mientras tanto, el alcalde Carlos Canturosas se auto-destapó ante su periódico favorito y dijo que sí quiere ser gobernador. Hace cuatro o cinco semanas, dijo lo mismo ante la prensa de Ciudad Victoria, donde aclaró que se lanzará si las condiciones políticas son las adecuadas.
Ni falta hacía que expresamente se destapara. Tácitamente lo viene haciendo desde que inició su mandato, pero después de mayo empezó su labor de cabildeo ante Gustavo Madero, José Alberto López Fonseca, Francisco Garza de Coss, con la senadora Maki Ortiz, con José Sacramento Palacios y con otros personajes del panismo para convencerlos de que en su momento lo respalden para buscar la gubernatura.
En cambio, mantiene la distancia con sus dos principales adversarios, la alcaldesa de Matamoros, Leticia Salazar y el senador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, a los que de plano no los quiere de visita en Nuevo Laredo, para que no le hagan sombra.