Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
17 de mayo, 2010
Es una tontería,- por no llamarlo de fea manera-, suponer que las elecciones se podrían suspender en Tamaulipas. Es una tontería digo, porque de ninguna manera nos encontramos en un estado de excepción que obligara tal medida. Son circunstancias hay que insistir, que quizá son más notorias por la situación geográfica pero que de ninguna manera justifican la anulación de uno de los sagrados derechos ciudadanos, como es la elección libre de sus autoridades. Tampoco hay que exagerar en eso de que los candidatos requieren seguridad especial. ¡No’mbre!, por el contrario hay que soltarlos como pájaros en un desfile del 20 de noviembre pa’ que vean y sientan que el mejor modo de cuidarse está entre la gente. Si no, pa’ que son candidatos. Remember que a López Obrador le quisieron imponer guaruras y el perredista los rechazó porque significaba un limitante en su relación con sus seguidores. De manera que la querencia es el mejor termómetro para saber si un político transcurre con propiedad por la ancha alameda de la popularidad. El asunto es que la canalla cafetera ha echado a funcionar el rumor de que nos podríamos quedar sin elecciones en julio, y es aquí cuando más de un especialista en el escándalo ha levantado las cejas sin entender que multiplicando la especie podría causar un daño social de graves consecuencias. Cierto, es corto el tiempo “y largo el olvido”, como dice la canción, por ello importa que los candidatos aprovechen pa’ sintetizar sus ofertas en lugar de caer en la tentación de hacerle al tío Lolo. Sucedió con la dirigencia panista estatal que recién anunció la suspensión de campañas en doce municipios, lo cual suena más bien a pretexto porque presiente que la derrota lo atrapa sin remedio. En toda acción de vida rehuir los riesgos es signo de cobardía, ¡ah, bruto!, pero es en política donde más se nota porque no es una canasta de huevos la que está en juego, sino el destino de la sociedad. Y en el caso que nos ocupa ya sabemos que es la renovación completa del poder, que no es cualquier cosa. Quedamos en que las condiciones no son de tal gravedad que haya necesidad de suspender las elecciones, por el contrario, en circunstancias adversas es cuando el alma social adquiere valor insospechado. Así que a defender el derecho de elegir a quienes nos van a gobernar rechazando la mala leche de aquellos que quisieran ver a Tamaulipas convertido en sucursal del miedo, que si lo hay, pa’ que es más que la verdad, pero no es pa’ tanto. NADIE SABE, NADIE SUPO La desaparición de “el jefe” Diego transcurre como película de misterio. Todo es muy raro, no hay testigos, nadie sabe, nadie supo y entre tinieblas se conocen las más variadas especulaciones. Hasta hay quien asegura que fueron los mismos panistas, en concreto “el Yunque” manipulado por fundamentalistas que condenan el acercamiento de “el jefe” con Salinas de Gortari y otros destacados priístas. Algo así como si Diego pretendiera aliarse con los enemigos históricos pa’ lograr el cambio de huéspedes en Los Pinos. Vaya usted a saber, lo que crea suspicacia es que siendo “el jefe” un hombre de importancia especial pa’ el sistema ni siquiera se hacía acompañar de un chofer o de perdis un ayudante. Y luego a esas horas de la noche. Lo cierto es que cuando se escribía esta columneja dicha desaparición brincaba las 72 horas y de “el jefe” ni señas. SUCEDE QUE Al enamoradito César Nava no lo calientan ni las canciones de Patylu, y es que el madrrrrazo de Yucatán estuvo de pronósticos reservados pa’ su partido. En cambio la gordis Paredes más feliz que una castañuela al lado de Angélica Araujo, triunfadora de Mérida. Ya sabéis que en la capital yucateca el PAN reinó los últimos 20 años. Sin duda esta es una derrota importante pa’ el dirigente panista y todo, dicen, por andar de show en show cargando el “necesser” de su amada. ¡Ah raza!. Y hasta la próxima.