Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
29 de octubre, 2015
Aunque recientes, parecen lejanos los días en los que la zozobra inundó, no sólo a la región que estaba amenazada por la furia del ciclón Patricia, sino a todo México, con repercusiones nacionales e internacionales.
El fenómeno, calificado como el de mayor intensidad registrado en la historia, se convirtió, para fortuna de una aterrorizada región, en tormenta tropical que, si bien dejó daños, fueron mucho menores a los esperados y en regiones con baja densidad poblacional.
Las medidas preventivas, sin embargo, es de reconocer, tras el súbito anuncio, fueron efectivas ante la magnitud de la amenaza. Los daños previstos no ocurrieron y tanto la región como el área bajo amenaza retornaron casi a la normalidad en un relativo corto tiempo.
Los gobiernos de los distintos niveles, los medios informativos y las redes sociales, inclusive, aportaron información amplia que permitió la preparación necesaria para enfrentar los recios embates inminentes de la naturaleza.
Sin embargo, tras la tempestad y calma lograda meteorológicamente, se produjo una amenaza propagandística ante la indiscutible recuperación de las actividades en todos los órdenes.
La copiosa información divulgada previamente y durante el paso del huracán, que debería ser meritoria, por parte de las entidades gubernamentales, intentó ser tergiversada por quienes no fueron capaces de admitir que los protocolos adoptados por autoridades y población civil fueron correctos y, que casi milagrosamente, Patricia perdió intensidad al entrar a tierra degradándose hasta tormenta tropical que, si bien dejó remanentes de lluvia que afectaron algunas regiones, no produjo los estragos esperados.
Se pretendió, sin base científica o información convincente, hacer aparecer como una exageración deliberada la peligrosidad del ciclón.
Es decir, la manipulación de la magnitud de un peligro como una maniobra protagónica del régimen.
Sin duda el gobierno de Enrique Peña Nieto ha estado empañado por acontecimientos que han minado su credibilidad y aceptación de la ciudadanía. Estos son ampliamente conocidos, como el caso de la famosa "Casa Blanca", la desaparición o muerte de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, la fuga de "El chapo", por citar algunos.
Pero aceptar que hay actos que han demeritado al régimen peñista no necesariamente implica que no se reconozca una labor, que sin duda fue meritoria, con la colaboración de la población, desde luego, cuyo interés debe estar sobre todas las diferencias políticas existentes.
La información meteorológica no solamente fue divulgada por los organismos institucionales mexicanos, sino por respetables fuentes especializadas de Estados Unidos y respetadas organizaciones científicas.
¿Qué ocurrió para que perdiera intensidad Patricia?. A estas alturas los meteorólogos han dado amplias explicaciones.
Lo mejor de todo es que no se tiene en este momento que estar lamentado la pérdida de vidas humanas y confrontando un estado de emergencia de proporciones gigantescas.