Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
21 de junio, 2010
Salvador Rosas anda buscando al culpable o culpables del fracaso de su campaña. Si fuese nuestro cuate le daríamos un consejo: que se mire en un espejo y dará con el responsable. En un corto espacio de tiempo, a Rosas le renunciaron Juan Rodríguez y Samantha Bulás, que estaban anotados como candidatos a regidores; luego Glafiro Salinas renunció a su militancia de 12 años en el PAN, como repudio a la imposición de Rosas: después quedó fuera Ilych Francisco José Rodríguez Zertuche, candidato a diputado suplente por el distrito III; y la más reciente renuncia es la de Roberto Rodríguez Chávez, como candidato a diputado por el Distrito II. En el PAN los activistas están divididos con respecto a la responsabilidad en el fracaso de la campaña. Unos culpan a Francisco Chavira y otros al coordinador de la campaña, David Salas, por no coordinar nada. Pero la realidad es que el principal responsable del fracaso de la campaña es el propio Salvador Rosas. Cuando el candidato está mal, por añadidura todo lo demás está mal. Rosas no honro su palabra, no cumplió con lo pactado con cada uno de los actores involucrados en el proyecto y en su sucio juego no le importó ensuciar a quienes debió proteger, como a su compadre Francisco Javier Estebane a quien lo utilizó como intermediario para reunirse con personajes tanto del PAN, como del PRD y del PRI; luego lo hizo que se parara en las oficinas del PRD para pronunciarse a su favor y al final terminó llevándolo en su planilla en calidad de suplente a regidor. Si eso le hace a su compadre, qué pueden esperar los demás. Rosas llora su derrota anticipada y habla de un complot en su contra que no está en condiciones de probar, por más que grite y gesticule. En medio de todo esto, el candidato a la alcaldía por el PRD, Everardo Quiroz está haciendo un llamado a los panistas para que el 4 de julio emitan un voto útil, votando por la fórmula del PRD. A estas alturas es evidente que el voto de la cúpula y la militancia panista será para Everardo pues lo siguen identificando con el PAN. Lo que está en duda es el voto de los simpatizantes. El voto de ese ciudadano que desde hace varios lustros viene votando por el PAN porque se siente opositor. En otro tema, el que anda muy seguro de que va a ganar las elecciones e incluso le ha puesto número, es el PRI. Los huestes de Benjamín Galván hablan de obtener 84 mil votos. Es un número que no sabemos cómo lo sacaron, suponemos que de algún ejercicio en el que se empataron las cifras de la lista nominal de electores con el porcentaje probable de votos que se esperan para el 4 de julio. Hasta ahora la cifra máxima de votos que ha logrado el PRI en una elección ha sido de 71 mil votos, en la elección del 2007. Así pues, 84 mil son muchos votos. Pero bueno, estamos a menos de dos semanas para que se realicen las elecciones y se despeje el panorama. Habrá que ver si se supera la cifra de un 40 por ciento de participación ciudadana y hacía donde se van esos votos.