Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de julio, 2010
Seguramente, alguna vez, usted ha escuchado esa trillada frase de que todo tiempo pasado fue mejor. Pues bien, en los últimos meses, la modernidad ha fallado a niveles masivos, lo que nos ha obligado a un regreso al pasado y pocos le han encontrado atractivo. En mayo, una tromba azotó al sur de Nuevo Laredo, provocando la suspensión del servicio de energía eléctrica en muchas colonias. La tromba cayó a eso de las 20.30 horas y duro una hora y media. La energía se fue casi de inmediato y regreso a eso de la una de la mañana del día siguiente. Esas poco más de cuatro horas sin energía fueron terribles, pues a falta de luz, muchas familias tuvieron que conformarse con cenar un cereal. Después, intentar dormir fue una odisea por el calor tan intenso que se sentía. Total que fueron cuatro horas tormentosas, en las que los miembros de la familia no tenían más opción que platicar, pues no podían distraerse viendo la televisión, ni el internet, ni leer, ni nada. El 2 de julio, el huracán Alex originó que se cayera la señal de los radios de comunicación y el servicio de internet de Telmex. La señal se vino restableciendo hasta entrada la tarde del sábado 3. Todo mundo se sentía como naufrago en una isla y es que estamos tan acostumbrados al radio de comunicación que los teléfonos de casa tienen poco uso y por lo mismo, ya no los tenemos a nuestro alcance. La falta de internet fue otro problema. Ya sea por cuestiones de trabajo, para consulta o para distraerse, miles de niños, jóvenes y adultos dedican varias horas a navegar en la red. Ni que esperanzas de que alguno recordara que hace una década, para no ir tan lejos, no usábamos radio ni estábamos atrapados por el internet y no pasaba nada. Con la reciente creciente del río Bravo hubo fallas en el servicio de agua potable. En muchas colonias hubo baja presión o e incluso no salía ninguna gota. Muchas familias tuvieron dificultades para satisfacer sus necesidades diarias, desde el aseo personal, la limpieza de sus casas. La falta de agua se resintió a la hora de lavar las frutas y verduras, en el lavado de la ropa, hasta en el lavado de los coches. Y aunque muchos ya nos acostumbramos al agua purificada, miles de familias consumen agua directamente de la llave y si en estos días, ha escaseado, imagine los problemas ocasionados. Total que en unas cuantas semanas, la modernidad nos fa fallado y vaya que lo hemos resentido, porque quedarnos sin energía, sin agua, sin radio, sin internet, trastoca nuestra vida diaria. En medio de todo esto, Nuevo Laredo sigue incomunicado como resultado del desbordamiento del río Salado. Apenas van cinco días, ¡Pero cómo nos afecta! Ya empieza a darse el desabasto de algunos alimentos; ya hay cierre de algunos restaurantes como resultado de que no pueden surtirse de insumos; el comercio internacional esta semi-paralizado; muchas familias han tenido que suspender sus vacaciones al no poder viajar al interior; otros que tenían que regresar a Nuevo Laredo, están varados en Monterrey; otros esperan que se desbloquee la carretera para poder recuperar sus vehículos que quedaron atrapados entre el agua. Y pensar que todo esto es resultado del desbordamiento de un río, porque quienes construyeron la carretera, nunca previeron que un día esto podía pasar. La modernidad fue rebasada por el pasado y las consecuencias nos golpean a casi todos.