Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
22 de julio, 2010
Desde hace varios años cierto segmento de la población se viene manifestando a favor de que desaparezcan los senadores, diputados y regidores de representación proporcional. Y es que desde afuera, el ciudadano común tiene la percepción de que si los legisladores electos trabajan poco, menos trabajan los que llegan como resultado de decisiones de los partidos. Esta clase de legisladores no solo no hacen campaña, ni gastan un solo centavo, ni hacen compromisos con nadie, sino que además, se ha vuelto una costumbre que en el caso de senadores, diputados federales y diputados locales, los que llegan por la vía plurinominal son los que obtienen los principales cargos y esto se da en el PRI y en todos los demás partidos. Hasta en los municipios regidos por el PRI hay la percepción de que es más redituable ser regidor de oposición que del propio partido tricolor. Es poco probable que en el corto o en el mediano plazo, los partidos consientan en la desaparición de este tipo de posiciones porque en el PRI, en el PAN y en el PRD los ex secretarios y ex gobernadores no quieren ir a una elección abierta y exponerse a una derrota. Se sienten elegidos por los dioses y creen que le hacen un favor a su partido al sacrificarse 6 años por una senaduría o 3 años por una diputación. Puesto que los partidos no están dispuestos a renunciar a estos privilegios, por lo menos debe democratizarse la selección de estos puestos. En el senado ya existe la primera minoría y el sistema puede implantarse en las diputaciones federales y municipales para que lleguen los que pierdan, pero queden en el segundo lugar de las votaciones, en vez del método tradicional de listas. Y en las regidurías muy bien puede establecerse el sistema de elección directa para que los aspirantes hagan campaña y dejen de ir en paquete. Esto en cierta forma los haría tener mayor compromiso con la gente, Con la elección en paquete, muchos de los candidatos a regidores ni siquiera hacen campaña, convencidos de que quien debe hacerlo es el candidato a la alcaldía y este sistema se da en menor o mayor grado en todos los partidos, pero especialmente en la oposición. En la más reciente elección, por ejemplo, el PAN registro como su candidato a síndico al ex piísta Luis Edmundo González que nunca se paro en los eventos de campaña y exactamente lo mismo paso con por lo menos otros 50 candidatos a regidores y síndicos de todos los partido. La democratización de los regidores de podría darse, primero con la elección individual de estos y segundo que los perdedores con mayor votación ocupen las posiciones de minoría. De esta forma se evitaría la llegada de mercenarios de la política y de zánganos que ven las regidurías como una indemnización por los servicios que han prestado a su partido y es que hay quienes creen que por haber estado 10 minutos en un crucero, repartiendo calcas, el partido ya les debe la vida. Esa percepción de ver las regidurías de minoría como una indemnización, como una pensión, o como un botín, debe desterrarse y solo se podrá lograr en la medida en que se democratice su asignación, para que no dependa de los partidos sino de los votos.