Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
11 de agosto, 2010
Los tamaulipecos poco saben sobre Egidio Torre Cantú. A lo más, saben que es hermano del malogrado Rodolfo Torre Cantú, asesinado el 28 de junio. Fuera de ese dato, poco es lo que se sabe de quién nos gobernará a partir de enero del 2011.
Creer, o hacernos creer, que Egidio asumirá todos los compromisos que en su momento contrajo su hermano, es poco creíble. Y es que cada cabeza es un mundo y hasta entre los hermanos hay discrepancias. Ahí está como ejemplo, para el que quiera revisarlo, el caso de Manuel y Maximino Avila Camacho.
Antes de que asuma el gobierno, Egidio Torre está obligado a mantener un dialogo con la sociedad tamaulipeca para dar a conocer sus propuestas de gobierno, porque no basta con decir que quiere lo mejor para Tamaulipas.
En otro tema, este día se celebra el Día Internacional de la Juventud y la diputada federal Cristabel Zamora Cabrera dará una plática que lleva por título “De joven a joven”.
La conferencia es organizada por Jóvenes en Movimiento, que dirige el regidor Ernesto Saldaña Medrano y tendrá como escenario la Estación Palabra, a partir de las 16.00 horas.
Y a propósito de la Estación Palabra, que lleva el nombre del colombiano Grabriel García Márquez, en el 2009 cuando salió a la venta el libro “El viaje del elefante”, del premio Nobel de literatura, José Saramago, recibimos la oferta de comprar un ejemplar y recibirlo autografiado por el propio autor. Por esos lapsus que todos solemos tener en la vida, no respondimos con prontitud el ofrecimiento y cuando lo hicimos, el ejemplar ya no fue autografiado, porque obviamente por su edad, Saramago, entonces tenía 87 años, no estaba en condiciones de firmar muchos libros. Ni modo, se nos fue la oportunidad de tener su firma en un libro suyo, lo cual lamentamos.
En cambio, en días pasados un personaje del PAN nos mostró un libro autografiado por un autor local y nos comentó que antes de conocerlo en persona era admirador suyo, pero esa admiración ahora se convirtió en desprecio, pues el citado autor se metió de funcionario y se ha ganado una sobrada fama de bandido. Hoy, este panista, ni siquiera quiere tocar los libros de ese autor, pues dice que no es posible tanto bandidaje en quien se supone debe privilegiar la difusión de los valores morales.
Por su parte, Oscar Medina Montelongo, dirigente del movimiento gay, anuncia que en breve planteara ante el Congreso el tema de las bodas entre personas de un mismo sexo, lo cual ya es legal en el Distrito Federal y que por estos días causa tanta polémica y repulsa por parte de la jerarquía de la iglesia católica, que en cambio calla ante los casos de pederestia y protege a esta clase de delincuentes, sobre todo al padre Nicolás Aguilar a quien el cardenal Norberto Rivera poco falta para que lo canonice.
En un país de libertades, cada quien tiene derecho a decidir sobre su sexualidad y con quién quiere compartir su vida, en tanto no afecte a los demás.
Hace poco el escritor y sacerdote jesuita, Enrique Maza, dijo en una entrevista que en su propia familia había un sobrino homosexual, que era una buena persona a la que todo mundo quería y estimaba y entonces no había razón para estigmatizarlos.
Y tiene razón. Todo mundo tiene derecho a decidor si le gusta el futbol, si le gusta ir al cine, si le gusta el caldo de res, si le gusta usar bicicleta, si le gusta salir de viaje, si le gusta leer el Memín Pinguin, si le gusta ver los programas de Televisa, cada quien tiene derecho a hacer lo que le gusta, mientras no afecte los derechos de los demás. Qué mal sería que en México se prohibieran los tacos de fajita, nadamás porque al gobernante en turno no le gustaran.