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Polo Escamilla

Raúl HERNANDEZ

7 de septiembre, 2010

Con mucho esfuerzo, como lo viene haciendo desde hace varios años, el piloto neolaredense  Leopoldo “Polo” Escamilla  estará participando en la carrera Panamericana, que éste año  concluye en Zacatecas, a donde llega el 28 de octubre.

Participar  no es nada fácil, pues  la semana que dura el evento es   bastante costosa, de algo así como  300 mil pesos,  según dicen los que saben, de tal manera que  hay que conseguir patrocinios y aún  así hay necesidad de que algunos pilotos pongan de su bolsillo, todo con el afán de  participar, de sentir la adrenalina a lo largo del recorrido  y  divertirse a lo  grande.

Polo Escamilla ya tiene  una lista de  padrinos que cada año lo apoyan económicamente  para que pueda participar en esta competencia deportiva, entre ellos el gobierno municipal, aunque lo que se recauda nunca es suficiente, porque nunca  faltan imprevistos que incrementan los  gastos.

Nuevo Laredo fue dejado  fuera de la Carrera Panamericana,  para disgusto de aquellos que cada año han disfrutado de su realización, aunque  también  hay un sector que considera que es una  fiesta muy cara para el gobierno municipal que  se ve obligado a invertir  fuertes cantidades de dinero en la atención  de  varios cientos  de personas, entre pilotos, mecánicos, asistentes,  medios de comunicación y uno que otro  gorroso. Hoy el Municipio se salvo de ese gasto, recursos que por cierto se necesitan en muchas otras áreas.

En otro tema, en el cierre de la administración municipal mucha gente se pregunta si  no quedarán obras  inconclusas y pagos   pendientes.

Por lo pronto,  funcionarios y regidores resienten las limitaciones presupuestales pues se les  han suspendido, o en el mejor de los casos, recortado, privilegios a los que antes tenían derecho.

Esto en cierta  forma es natural, se ve  cada fin de trienio y este no  podría ser la excepción.

La principal preocupación se da en torvo a las obras  públicas en proceso y las que están a  un paso de licitarse y en las que se supone que no debe  haber problemas pues los recursos ya están etiquetados.

Por ejemplo, tan solo en el rubro del Ramo 33 hay 35 millones de pesos pendientes en obras que tendrán que estar listas en los dos siguientes meses.

En medio de todo esto,  la próxima administración  haría bien en  cambiarle el nombre  del  puesto que actualmente ostenta Juan Jesús Benavides, es decir, el de Alto Comisionado para el Combate a la Pobreza Extrema, porque además de que se presta para la chunga, nadie se cree eso de que es un cargo con poderes y recursos  económicos ilimitados como para acabar de la noche a la mañana con la pobreza en que viven  amplios sectores de la población.

El trabajo que se realiza en esta área se viene   haciendo desde  hace  varios años, y de hecho se sigue haciendo a través de la Dirección de Desarrollo Social y nunca  ha habido  necesidad de  nombres tan rimbombantes que francamente no  sorprenden a nadie.

Lo que importa es apoyar  a los que menos tienen, pero sin  necesidad de crear  falsas expectativas de que  de un plumazo se acabará con la pobreza ancestral de algunos sectores de la sociedad.

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