Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
7 de septiembre, 2010
Con mucho esfuerzo, como lo viene haciendo desde hace varios años, el piloto neolaredense Leopoldo “Polo” Escamilla estará participando en la carrera Panamericana, que éste año concluye en Zacatecas, a donde llega el 28 de octubre.
Participar no es nada fácil, pues la semana que dura el evento es bastante costosa, de algo así como 300 mil pesos, según dicen los que saben, de tal manera que hay que conseguir patrocinios y aún así hay necesidad de que algunos pilotos pongan de su bolsillo, todo con el afán de participar, de sentir la adrenalina a lo largo del recorrido y divertirse a lo grande.
Polo Escamilla ya tiene una lista de padrinos que cada año lo apoyan económicamente para que pueda participar en esta competencia deportiva, entre ellos el gobierno municipal, aunque lo que se recauda nunca es suficiente, porque nunca faltan imprevistos que incrementan los gastos.
Nuevo Laredo fue dejado fuera de la Carrera Panamericana, para disgusto de aquellos que cada año han disfrutado de su realización, aunque también hay un sector que considera que es una fiesta muy cara para el gobierno municipal que se ve obligado a invertir fuertes cantidades de dinero en la atención de varios cientos de personas, entre pilotos, mecánicos, asistentes, medios de comunicación y uno que otro gorroso. Hoy el Municipio se salvo de ese gasto, recursos que por cierto se necesitan en muchas otras áreas.
En otro tema, en el cierre de la administración municipal mucha gente se pregunta si no quedarán obras inconclusas y pagos pendientes.
Por lo pronto, funcionarios y regidores resienten las limitaciones presupuestales pues se les han suspendido, o en el mejor de los casos, recortado, privilegios a los que antes tenían derecho.
Esto en cierta forma es natural, se ve cada fin de trienio y este no podría ser la excepción.
La principal preocupación se da en torvo a las obras públicas en proceso y las que están a un paso de licitarse y en las que se supone que no debe haber problemas pues los recursos ya están etiquetados.
Por ejemplo, tan solo en el rubro del Ramo 33 hay 35 millones de pesos pendientes en obras que tendrán que estar listas en los dos siguientes meses.
En medio de todo esto, la próxima administración haría bien en cambiarle el nombre del puesto que actualmente ostenta Juan Jesús Benavides, es decir, el de Alto Comisionado para el Combate a la Pobreza Extrema, porque además de que se presta para la chunga, nadie se cree eso de que es un cargo con poderes y recursos económicos ilimitados como para acabar de la noche a la mañana con la pobreza en que viven amplios sectores de la población.
El trabajo que se realiza en esta área se viene haciendo desde hace varios años, y de hecho se sigue haciendo a través de la Dirección de Desarrollo Social y nunca ha habido necesidad de nombres tan rimbombantes que francamente no sorprenden a nadie.
Lo que importa es apoyar a los que menos tienen, pero sin necesidad de crear falsas expectativas de que de un plumazo se acabará con la pobreza ancestral de algunos sectores de la sociedad.