Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
8 de julio, 2009
Muchos opinan que la enorme derrota panista del domingo, se debe en gran parte a un rechazo social al manejo que desde los Pinos se le está dando a México. Argumentan que la sociedad está lastimada, y que mediante el voto en contra del partido gobernante, mandó el mensaje diciendo no estar de acuerdo. Muy bien. ¿Y entonces el 65 por ciento de aprobación del que goza Calderón? Empresas consultoras han establecido recientemente, aún poco tiempo antes de la elección, que Felipe Calderón goza de la aprobación del 65 por ciento de la población, que equivale a tener un muy alto reconocimiento social. Nos dicen que la gente ve muy positivamente la lucha contra la delincuencia. Y que el manejo que le dio a la contingencia epidemiológica hace dos meses, le valió el aplauso de gran parte de la población. Al igual que Vicente Fox, que en su tercer año de gobierno gozaba de una aprobación superior al 60 por ciento, hoy Calderón se puede considerar un presidente popular, reconocido y con aprecio social. Pero tal parece que esto no lo es todo. Si acaso es real que gran parte del fracaso panista se debe al desencanto que hoy tiene la sociedad por la forma en como está gobernando un panista, entonces ese 65 por ciento de aprobación que nos dicen trae Calderón, es mas falso que una moneda de tres pesos. Entonces, quiere decir que muchos mexicanos le pagaron con un voto contrario. Y entonces si, le están diciendo al presidente y a su gobierno, que no todo es una espectacular guerra contra el narco. Guerra que a veces, la gente duda que se esté ganando. Le están diciendo que el manejo de la política económica ha sido errático, que muchos se están quedando sin empleo, que muchos tienen hambre, que aquellas promesas de campaña se han quedado sin cumplir. Ahora tendrá más chamba el inquilino de Los Pinos. Por lo pronto, desmarcarse un poco de su partido. Que no se le siga ligando con los perdedores. Accionar medidas económicas inmediatas y favorables para los más pobres. Tender puentes de enlace inmediatos con quienes ahora controlarán la cámara baja. No hay ninguna duda en el resultado de la elección. No queda más que reparar daños y darle para adelante. Vuelta a la pagina, pues.