Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de febrero, 2011
Hace unos días recibí una llamada. Habitualmente no contesto llamadas que provienen de teléfonos desconocidos. Fue tanta la insistencia, que respondí.
Era un viejo amigo. Me llamaba para preguntarme si era fundamentada la opinión sobre Elsa Sánchez que vertí en este espacio la semana pasada.
Percibí un cierto reclamo tras el comentario de mi interlocutor. Sobre todo porque me dio referencias de Sánchez que, a su juicio, la pintaban como una dama honorable y preocupada por la promoción cultural en ciudad Reynosa.
“La conozco hace años”, dijo.
E inmediatamente hizo una especie de historia burocrática de la dama en cuestión. “Siempre ha trabajado por las causas culturales de Reynosa”. “Ha promovido la producción artística de los creadores locales”. “Gracias a ella mucha gente se ha acercado a las Artes”. “Es de una respetable familia reynosense”.
Me dio a entender que había insultado a la señora.
Sólo acerté a decir:
-Mañana te mando unos documentos. Los escaneo y te los envío por correo electrónico.
Cerramos la conversación con algo de incomodidad. Él porque se quedó con la certeza, de que la señora Sánchez fue tratada injustamente. Yo, porque me da ternura que mis amigos hablen a lo pendejo.
Cuarenta y ocho horas después puse en el correo de mi amigo, los papeles que le había prometido. Minutos más tarde, me respondió por la misma ruta:
“No manches cabrón..! ¿Es cierto esto?”
Sintiéndolo a la defensiva, repliqué:
-¿Acaso crees que me voy a tomar la molestia de falsificar documentos nada más para hacer enfadar a la señora? ¿O supones que publiqué lo que publiqué, para que tú salieras con tu armadura de caballero lanza en el sobaco a defender cultas damas atacadas por fogosos dragones?..
Desarmado, apenado respondió:
-No sabía eso. Créeme: no tenía idea de que eso pudiera existir, ni que ella tuviera el valor de hacer esa barbaridad.
Le dije:
-He visto cosas peores…
Los documentos que hicieron cambiar de punto de vista a mi amigo, y ex defensor de la señora referida, son dos. La copia de un cheque, y una ficha de depósito. El documento cobrable fue expedido por una agrupación social de Reynosa (100 mil pesos) para que fuera utilizado en el impulso de actividades culturales de la institución que dirigía Elsa Sánchez. La ficha de depósito tiene como beneficiaria a la familia Sánchez. (El depósito a la cuenta familiar la hizo el señor Gutiérrez, esposo de la señora Elsa). No digo que se hayan robado el dinero; sólo comento, que esa suma no llegó a donde debió llegar.
Seguramente, recibiré otras llamadas de defensores gratuitos de Doña Elsa.
Les diré:
-He visto cosas peores…