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El Tío Richie y su nuevo infierno

José Ángel Solorio

23 de septiembre, 2025

Ricardo Salinas Pliego, excéntrico millonario mexicano, -ahora en evidente quiebra empresarial- es la viva imagen del fracaso del capitalismo de compadres prohijado y delineado por los promotores y adoradores de las políticas neoliberales. Fue beneficiario directo de la desincorporación -abierta privatización- de las empresas públicas vendidas a precio de ganga con la generosa venta del Canal 13 ahora TV Azteca y posteriormente, la excención de impuestos por décadas y luego por resistirse a pagar sus obligaciones fiscales.

 El Tío Richie, no ha ejercido el papel de empresario; ha practicado el abierto oficio de bandolero.

 Los neoliberales demandan fuera manos, al estado del mercado; pero lo aman, y lo claman, cuando llega en su salvación ante una economía que los pone en su lugar.

 ¿Por qué miles de empresarios a punto de irse a la ruina en los años 90 rogaron al estado, los salvara de la crisis con el FOBAPROA?

 ¿Acaso le hicieron el feo al dinero del pueblo cuando llegó raudo a inyectarles vida económica con millonarios subsidios?

 ¿No el FOBAPROA, salvó a cientos de super millonarios de Nuevo León del infierno económico que ellos mismos habíán creado?

 ¿No recuerdan los ricos de Jalisco y del país, el gesto del presidente Ernesto Zedillo que les hizo llegar dinero fresco a sus debilitados negocios?

 Salinas Pliego es de esos.

 74 mil millones de deuda, lo ponen contra la pared.

 Años evadiendo impuestos.

 Décadas de comprar al Poder judicial para proteger sus bienes en tanto practica el agio con millones de clientes de sus inmorales establecimientos.

 El acto se agiganta en inequidad, en inmoralidad, cuando millones de mexicanos con modestas y pequeñas empresas, sostenemos la carga fiscal del país para que el estado siga su marcha en sus políticas de bienestar.

 Ahora el Tío Richie se prepara para incursionar en política.

 Ya aspira hasta a la presidencia de la república.

 Si falló como empresario, con todo el soporte de sus amigos -entre ellos Raúl Salinas de Gortari, que le facilitó un préstamo de 30 millones de dólares para la compra de TV Azteca- y toda la facilidad de los gobiernos neoliberales, no podemos esperar que sea exitoso en la política que tiene más aristas de complejidad que robar al pueblo en despoblado cuando te favorece la impunidad.

 Supongo que se siente un Trump, un Milei o un Bukele.

 Infiero que cree puede ganar fácil una elección presidencial en un México diferente, muy diferente, al que él contribuyó a construir con sus medios informativos.

 No es lo mismo engañar a millones de ciudadanos con sus ventas de bonos chiquitos, que convocarlos a votar por un proyecto que por donde se le vea, será ajeno a las mayorías y de rescate de los privilegios para las élites.

 Bienvenido Tío Richie, al otro infierno: el de la política.

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