Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
20 de febrero, 2011
En más o menos de un año Tamaulipas estará inmerso en el siguiente proceso electoral. Sea en la competencia por diputaciones federales, senadurías y of course, presidencia de la república. Y solo Dios sabe cómo andaremos por aquellos tiempos. ¿Habremos avanzado lo suficiente como pa’ pensar con claridad y actuar en consecuencia sobre el significado del futuro inmediato?.
Porque oiga, aceptemos que las circunstancias condicionan especialmente lo que a política se refiere. Ya no digamos lo otro.
El asunto es que tratamos de salir de una y ya estamos metidos en otra. Recordéis, en el 06 las cosas transcurrían por la ancha alameda del optimismo y ya ve como le fue al tricolor. Tan mal que creímos sería el final de la hegemonía del poder doméstico, pero nada, que aparece una mano negra y peluda que revivió hasta el voto perdido de los panteones. Y los santos difuntos que no tuvieron más remedio que aceptar so pena del retorno a la danza de los brujos y alquimistas con licencia de curanderos del corazón.
Usted dirá que antes se podía eso y más, y tiene razón. Por eso la pegunta de sí para entonces habremos avanzado lo necesario como pa’ ensayar lo que a las tentaciones corresponde.
Aunque no se trata solo de avanzar, mucho menos encabezar una singular cruzada para reivindicar el priísmo, ¡nooooooo!, sino de resolver primero la amplia y profunda variedad de broncas que nos afectan.
Antes disponíamos de nuestros fantasmas nocturnos, ahora sabemos que con la noche también desaparecen las sorpresas. Ya nadie, o casi nadie, puede reinventarse entre tinieblas y eso sí que es una tragedia hasta pa’ los gatos que caminan sobre las azoteas en esas horas malditas en que los bares a punto están de cerrar, agregará el poeta. “cuando el alma necesita un cuerpo que acariciar”. ¡Órale!.
La vida, señoras, señores, ha sido tragada por la política. “Y no de ahora”, como dijo aquel, porque estamos a merced del estado de ánimo de “la grilla”, o de sus protagonistas, que pa’l caso es lo mismo. ¿Alguien duda que dependemos de las altas y bajas de una presunta democracia que estamos obligados a respetar pero no a disfrutar?.
Antes, “cuando las víboras andaban paradas”, como decia mi santa abue, sabías a qué atenerte porque los rurales porfiristas sin excusa ni pretexto disparaban a todo lo que se moviera. Ahora ni las súplicas de Romeo y Julieta son válidas. “Hay que guardarse” dicen y eso implica, bien que así sea, en la alcoba más próxima. Ya las parejas no huyen, solo se protegen en la intimidad de de sus antojos. Y ni modo que sea pecado, sino erotismo inducido por el promocional del miedo.
Quedamos en que la vida fue tragada por la política y de ella dependemos hasta pa’ ir al sanitario. La política entonces, es un justificante pa’ presumir de demócratas aunque no incluya la solución de problemas que por viejos y gastados se convirtieron en el puro ocio. Y es que desde que el hombre es hombre, ha batallado pa’ encontrar alimento, vivienda y vestido. No agreguemos educación porque eso es un lujo imputable a los juniors que se ven y sienten atrapados por la magia de la hipocresía social.
En el escenario de hodencia que condena a las mayorías por los sexenios de los sexenios , pregunto y preguntome, ¿valdrá la pena votar por aquellos que solo impiden la vida plena del respetable?.
SUCEDE QUE
Lucino Cervantes está en la obligación de mostrar auténtico liderazgo. Ya no es el burócrata, sino el dirigente que ha de imponer el sello de los nuevos tiempos. Digo, si es que existe la intención de hacer realidad el partido que soñó. Si es que lo soñó, si no pssssss, no.
A propo, pareciera que como resultado “de lo mismo”, la caballada luce flaca, ojerosa, cansada y sin ilusiones. A Cavazos Lerma virtualmente se le cayó la senaduría y algunos otros que “pintaban” fueron “invitados” a situarse lejecitos del estado, mientras tanto honrosas excepciones permanecen vigentes con la prudencia a que obliga su militancia. Habrá que andarse con cuidado porque en política sobrevivir ya es ganancia. ¡Bravo columnista, en esta ocasión has estado más que sustancioso, fatal!.
Y hasta la próxima.