Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
12 de abril, 2011
1.-El PRI no podría ser la excepción dentro de las circunstancias que nos afectan a los mortales. Hay pesimismo en el tricolor, el dirigente estatal, lo acepta y comparte con quienes de alguna manera influyen hacia el interior del partidazo. Asegura el prócer que sin unidad no harán nada en el 2012.
Luchino no habla de la militancia que esta acude a las urnas así sea solo pa’ dejar constancia de su esperanza de que los tiempos cambien. Dicho sea que los presentes no son los más prometedores que digamos, aun así el deseo persiste como en el refrán, donde es lo último que muere. La esperanza no Luchino por supuesto.
Este no es asunto de la militancia digo, sino de los grupos que se han filtrado por las rendijas de la mediocridad que envuelve a la dirigencia estatal. Tales grupos encarganse de crear el ambiente tenebroso de la derrota. Y es que si ya sucedió, podría volver a suceder.
Hay resentimientos que en el PRI encuentran salida al desquite. Y ya sabemos que en eso de las venganzas políticas no hay perdón que valga ni promesa que se cumpla. Es la lucha por el poder cariño que desde hace mucho dejó de medirse por los escrúpulos.
Total que en el tricolor también hay miedo. Miedo a fracasar y por lo mismo, a no volver a ser lo que fue, cuando menos en Tamaulipas.
Usted dirá que todo dependerá del candidato presidencial y tiene razón. Sin embargo en el 06, ¿quién iba a creer en el triunfo de Calderón cuando las apuestas eran “tronchadas” a favor de López Obrador?. En este sentido no nos hagamos bolas, la votación se inclinó a favor del PAN por obra y gracia de los fantasmas cibernéticos. Pero eso ya es historia.
Lo cierto es que la dirigencia tricolor transmite una sensación patibularia jamás experimentada. Es como aquel boxeador que antes de iniciar el combate declarase derrotado, con el desánimo a cuestas y el respetable en contra que lo obligan a dejarse caer al primer golpe contrario.
La dirigencia estatal va en busca de la unidad, pero pregunto y me pregunto, ¿cuánto importará la unidad cuando está en juego la sobrevivencia de los grupos históricos del PRI?. El escribidor supone que ni la sentencia de Luchino tiene valor frente al descaro de aquellos que hicieron de la política el mejor acceso a la plena existencia del disfrute: poder, dinero, negocios, influencia, impunidad y hasta respeto.
Luchino es un hombre de partido y desde esa perspectiva lo ve, sin embargo extraña que ignore la parte más importante, es decir los intereses siempre alejados de la mística y de la vocación de servir a la comunidad. ¿Ejemplos?, no creo que batalle pa’ encontrarlos.
2.- Por cierto que son significativos los cambios que llegan al CDE tricolor. José Elías Leal, estrella del pasado reciente, ex dirigente de la CNOP, se va a una discreta oficina de ITAVU en Reynosa. Usted dirá que desde ahí puede “trabajar” la presidencia municipal. A lo mejor, pero como están los tiempos lo más probable es que lo envían becado a que lo cobijen y apapachen los cuates del café convenciéndolo de que olvide sus sueños guajiros. Como dijo aquel que “cantaba” la lotería: “se te pasó la carta, ya estamos en otro juego”.
En cuanto a Miguel Cavazos Guerrero, ahí más bien se impuso la autoridad del padre que tal vez ve en su junior el retrato hablado de sus viejas ilusiones.
3.- ¿Qué sigue para Tamaulipas?. ¿Será verdad que el gobierno panista se ensaña con los estados priístas?. Habría que verlo despacio y con mayor atención después del discurso del secretario de Gobernación este martes.
Usted disculpe, pero pareciera que Blake Mora y por lo tanto Felipe Calderón, le apuestan a la desaparición de poderes. Ya suponen contar con motivos aunque olvidan la opinión de la paisanada perfectamente manifestada en las últimas elecciones y sostenida con el apoyo irrestricto a sus autoridades.
Y hasta la próxima
(sarama@live.com.mx)