Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
14 de abril, 2011
Las crónicas de los diversos medios señalan que este martes los diputados federales se tomaron la foto oficial. Aseguran que los 500 legisladores pasaron lista de presentes pa’ de inmediato posar con su mejor sonrisa y el traje más sofisticado. Claro, con un sueldo de 200 mil pesos mensuales, más viáticos, gastos de representación, “primas” y gratificaciones por intervenciones “especiales”, esto incluye mentadas de madres, cualquiera se vuelve totalmente palacio.
Ya sabe, a los políticos gusta colocar la respectiva gráfica en la sala de su casa al menos pa’ que los hijos presuman que su ancestro fue trinchón, hasta que llega el canijo nieto y le da vuelo rumbo a la basura. Y en veces con todo y abuelo.
Usted dirá que tener un diputado en la familia no siempre es un orgullo, y está en razón. Bien dicen por ahí que el cargo dura tres años pero la vergüenza toda la vida.
Y bueno, observando que los tales “representantes populares” convierten en ofensas, insultos y chacoteo, lo que debiera ser profundo análisis en busca de soluciones que alivien los males de la república. Observando eso digo, el escribidor está cada vez más convencido de que el congreso de la Unión es una vacilada, o una broma de mal gusto que debemos abonar con sufrimientos mil y uno que otro arrepentimiento.
Primero hay que darles recursos pa’ sus campañas, después soportar discursos y promesas, seguro extraídas de los cuentos de “Memín pingüin” y “la familia Burrón”, después legitimarlos votando y finalmente celebrar por anticipado que contaremos con alguien que legislará a la luz de la justicia y sabiduría plena, tanta que hasta será capaz de reclamar y hasta enjuiciar los abusos del poder. Hasta ha de creer.
Porque el Legislativo señoras, señores, junto al Judicial sirven pa’ contener al Ejecutivo y mantener el equilibrio. De otra forma, ¿pá que juimos a la Revolución?. Estamos parejos porque con la “representación popular” hay que andarse con cuidado, sobre todo la que pertenece al PRI o PAN. Aunque aquí entre nos, en eso del “chapulineo” todos participan siempre en busca de “algo mejor”. Y ni modo que sea invento.
Sin embargo, ¡oh decepción!, pronto nos damos cuenta de que los dipus federales sirven pa’ maldita la cosa. Aquí es donde entendemos que los caminos de la vida no son como pensábamos ni soñábamos, tal cual dice la canción de “los ángeles de Charly”.
2.- El asunto es que los susodichos se tomaron la foto oficial y según la información, en el palacio de san Lázaro se dio cita la totalidad de la respectiva legislatura. Sean los 500 que visten, calzan y viven de poca progenitora gracias a los contribuyentes, entre quienes nos contamos, usted, él, ella, ellos, aquellos, nosotros, vosotros, y los de más allá.
Usted preguntará “¿Y?”. Pues nada que pa’ la foto de los dipus federales también hizo presencia el distinguido secretario general de gobierno Morelos Canseco Gómez que es un fenómeno pa’ eso de la ubicuidad. Él sí que da lecciones prácticas de dialéctica, si es que cabe la expresión. Está allá y aquí, es y no es al mismo tiempo, legisla y ejecuta con frialdad matemática a dos manos y regresa a tiempo pa’ dormir con la tranquilidad de un bebé.
Ojala no sea algo del más allá. Nota, iba a escribir “ojala no sea cosa del diablo”, pero la verdad temo a la excomunión con eso que se avecina la semana santa y la verdad no quiero más broncas con la inquisición.
De manera que Morelos corrió a tomarse la foto al lado de sus compas diputados. ¿Y la ley apa’?.
SUCEDE QUE
El nombramiento de Blanca Anzaldua como dirigente de las mujeres príistas en el estado es un acto de justicia. Esta distinguida dama es una auténtica luchadora y activista de las causas sociales y con ella el tricolor toma rumbo y sentido. Ahora sí que las hembras deben estar felices. Hasta que Luchino hizo algo bueno, dice la raza.
Y hasta la próxima.
(sarama@live.com.mx)