Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
21 de mayo, 2011
“Pues sepan ustedes que estaba yo sentado en la última mesa de La Cava, con parte de la legión tamaulipeca (el Consejero Solorio y el tocayo Alonso Pérez), bebiendo un aperitivo muy quitado de la pena, cuando entró por la puerta de enfrente, como si tuviera derecho a pasear libremente por la calle, el licenciado Ulises Ruiz Ortiz, con dos o tres achichincles. Se sentaron a dos mesas de nosotros y pidieron unos tequilas. Me molestó un poco, debo confesarlo, pues cuando uno quiere comer a gusto semejante visión es atentatoria, pero a fin de cuentas es un lugar público.
Cinco minutos después, con traje de raya fina, camisa de algodón egipcio, corbata amarilla de Pineda Covalín y dos o tres achichincles, entró por la misma puerta el C. Gobernador constitucional del estado libre y soberano de Michoacán de Ocampo, Leonel Godoy Rangel. Sí, adivinaron: se sentó a la mesa de Ulises. Los comentarios no se hicieron esperar y los viboreamos a gusto, aunque el tocayo amagó con pararse para saludar a Godoy (el tocayo fue presidente del PRD de Tamaulipas cuando Godoy ocupó similar cartera a nivel nacional), pero le pedí que no lo hiciera: "Cuando salgamos. Quiero darme el gusto de no saludar a Ulises Ruiz".
Así fue. Terminamos de comer y de beber muy a gusto; mientras Godoy y Ruiz bebían y departían también a gusto, hombro con hombro, en privado, muertos de la risa, pedimos la cuenta y nos paramos. La mesa de dichos individuos estaba entre nosotros y la puerta y había que pasar por ahí. El Consejero abrió la marcha y pasó impávido y, tras él, Pedro Alonso se detuvo a saludar a Godoy, quien interrumpió la ingesta de las codornices flameadas, se levantó y abrazó estrechamente al tocayo que, de inmediato, me presentó: "El doctor Salmerón, del ITAM". Estreché la mano de Leonel al mismo tiempo que mi tocayo lo hacía con la de Ulises -no por su gusto, sino para brindarme el pase a gol- y yo tuve el gusto de voltear a verlo, destilar el máximo desprecio posible y, dejándolo con la mano extendida, dar la media vuelta.
Es un gustito mínimo, lo se, pero un gustito. La pregunta es: ¿Por qué Leonel Godoy estaba comiendo, en público de la gente, con Ulises Ruiz?”
Eso escribió el historiador y catedrático del ITAM Pedro Salmerón Sanginés. Reseñaba, como se puede percibir un fortuito encuentro entre tres historiadores y dos políticos. Como lo narra el doctor Salmerón, fui involuntariamente testigo del encuentro. El enfado del historiador estaba más que justificado. Ulises cometió barbaridades contra el pueblo que decía gobernar. Debo reconocerlo: ni ese desagradable hecho afectó la pantagruélica comida que sazonaron la charla sobre historia, política y el inevitable tema sobre Tamaulipas: la desbordada violencia y el gobierno inexistente.
Ya sobre Insurgentes, respetando el encono de Salmerón, y el orgullo de Pedro Alonso por el saludo a Godoy, no hice comentarios.
Sólo pensé:
-Que chingón!. Lo que uno puede ver en el DF..!