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Torturante

Raúl HERNANDEZ

23 de septiembre, 2011

Ir y venir a Laredo, Texas, tiene sus complicaciones. Fáciles de sortear, estamos de acuerdo, pero a las que no estábamos acostumbrados  hace cosa de algunos meses.

Cuando se viaja a Laredo, es frecuente que elementos del ejército, dejen solo un carril de acceso a las casetas de pago de Caminos y Puentes. Si adelante, de todos está un paisano cancelando permiso en la caseta  que esta antes de llegar a las de pago, ¡Pobres de todos los que van atrás!, pues tienen  que esperar a que termine el trámite del paisano.

Como usuario, uno se pregunta si hay cuatro carriles de acceso en el puente II ¿Por qué tener abierto solo uno? Pero además de que revisan los vehículos, en busca de armas y drogas, los militares en ocasiones retienen al ciudadano, preguntando qué se va hacer al otro lado, a qué se dedica, cada cuándo va a la vecina ciudad etc.

El regreso es igual de torturante. De poco sirvió que en el anterior trienio se construyeran  cuatro carriles de  revisión con rumbo a la calle Jesús Carranza, pues se cerraron los otros tres de acceso a la Leandro Valle. Encima, es frecuente que los militares detengan camionetas   antes de entrar a los carriles aleatorios y se ponen a revisarlas, sin el menos respeto a la   fila de vehículos que  vienen atrás.

Total que para las autoridades aduaneras y militares, todos los que viajamos a Laredo, Texas somos presuntos  culpables de  vaya usted a saber qué delitos. Y el mismo trato que se da a los mexicanos,  va para los gringos. Hay un  amigo  laredense que tiene un BMW deportivo,  de varios años atrás,  y cada vez que cruza lo interrogan sobre  las actividades a las que se dedica, le piden toda clase de identificaciones y cuando llega  a protestar por el tiempo que lo retienen,  no ha faltado algún oficial que le recomienda que no use ese vehículo.

Y así como ese hay muchos casos más, que al final terminan por  convencer a los laredenses que  es mejor no ir a Nuevo Laredo, para evitar problemas con las propias autoridades. Y es que tan poco van a dejar de usar un vehículo que literalmente cargan en la espalda y que los hace sufrir cada vez que les toca pagar la mensualidad, y que tengan que comprar una garraleta  para viajar a Nuevo Laredo, con riesgo de que los deje en el camino.

El turismo estadounidense se esfumó de Nuevo Laredo desde hace algunos años y cuando se piensa que  la situación ya no puede ser peor, resulta que sí es peor.

Y en medio de todo esto el propio Presidente Felipe Calderón  salió a promover que los extranjeros visiten México a través del programa The Royal Tour. Que nuestro país tiene    muchos atractivos para los extranjeros, es innegable, ahí están el cañón del Sumidero, las Barrancas del Cobre, Cancún y Los Cabos, las pirámides en Yucatán, el Estado de México y Chiapas, ciudades coloniales como Oaxaca , Guanajuato y Morelia que son dignas de ser admiradas lo mismo por alemanes que  franceses, o rusos, o gringos, o braiseleños etc. Sí hay mucho que ver, pero también  hace falta un mejor trato a los visitantes y esto empieza desde el trato en los puentes internacionales. Ahora que si se es partidario  de la democracia, no solo hay que tratar bien a los visitantes, también  a los residentes. Digo, hay que aprovechar la oferta.

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