Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
9 de febrero, 2012
Como parte de las nuevas reglas que se aplicarán en el proceso electoral del 1 de julio conviene saber que en el caso de las coaliciones ya no impera la norma de tener un nuevo emblema que aglutine a los partidos coaligados. Ahora, en las boletas aparecerá el emblema de cada partido. Es decir, en el caso de Andrés Manuel López Obrador aparecerán en la boleta los logos del PRD, de Movimiento Ciudadano y del PT y en el caso de Enrique Peña Nieto, aparecerán los logos del PRI y Verde. Tanto López Obrador como Peña Nieto aparecerán en los medios difundiendo la oferta electoral de cada uno de los partidos que lo postulan. Adiós coalición, pues en realidad son candidaturas comunes, pero los legisladores no lo llaman por su nombre y prefieren un eufemismo.
El ciudadano podrá cruzar la boleta a favor de un partido o de todos los coaligados. Es decir, en el caso de López Obrador se podrá cruzar el emblema del PRD, o el del PT o el de Movimiento Ciudadano, o de los tres. Pero si se cruzan los tres emblemas solo contará como un voto para el candidato presidencial y en el caso de los partidos, contará como in tercio, para los fines partidistas, por ejemplo, lo del registro. Esperemos que en su momento esto no cause confusión a la hora de contar los votos.
El Código Electoral permite que en los convenios de coalición se establezca el porcentaje que les toca a cada uno de los partidos e incluso que los votos cuenten en forma individual, pero que al final, si un partido no obtiene el mínimo para conservar el registro que el partido mayoritario le ceda hasta el dos por ciento de los votos.
Estas nuevas reglas se prestan a confusión, pero no hay otra alternativa más que tratar de entenderlas y aplicarlas.
Otro asunto en el que conviene crear conciencia es en lo del voto nulo y el voto de abstención. Uno y otro son inoperantes y no tienen ningún impacto en las elecciones, porque para obtener el triunfo no se exige un porcentaje mínimo y basta con un voto de diferencia para que sea legal la victoria.
Anular el voto es una tontería e igual pasa con los que se abstienen. En ambos casos el voto termina desperdiciado.
En la próxima elección quizá más que ir a votar por el mejor candidato, habrá que hacerlo por el menos malo, pero hay que hacerlo, porque anular el voto o sumarse a los abstencionistas no tiene ningún efecto en el resultado definitivo.
Total que las reglas electorales de este año se prestan a mucha confusión y esa confusión fue provocada por los partidos políticos que son los que las aprobaron y son los que tienen el poder de reformarlas, pero no lo hacen y en cambio si se quejan de lo molestas que son.
Como parte de estas confusiones e incongruencias, ya viene una veda electoral del 19 de febrero al 30 de marzo, en el que ninguno de los candidatos podrá aparecer en los medios ni podrá hacer proselitismo público. Podrán reunirse con sus correligionarios y tener eventos privados, pero nada más, de tal manera que los avances que lograron en las pre-campañas se van a frenar durante estas seis semanas.
Ni modo, los partidos aprobaron esas reglas y ahora deben cumplirlas.