Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
11 de abril, 2012
El 6 de mayo se realizará el primer debate, organizado por el Instituto Federal Electoral, entre los cuatro candidatos presidenciales, teniendo como foro el World Trade Center, de la Ciudad de México.
En el pasado, estos debates han servido a los aspirantes para mejorar o perder posicionamiento.
En 1994, por ejemplo, Diego Fernández les dio una tunda a Ernesto Zedillo y a Cuauhtémoc Cárdenas, que lo catapultó en las encuestas y después, de manera misteriosa, redujo sus actividades proselitistas durante varias semanas, permitiendo que Zedillo se recuperara.
En el 2000, la popularidad de Vicente Fox se elevó por las nubes al terquear con su “hoy, hoy” y le dio un golpe definitivo al priista Francisco Labastida.
Y en el 2006, Andrés Manuel López rehuyó la confrontación, por sentirse ganador, lo que permitió que Felipe Calderón lo desplazara.
La consigna de Josefina Vázquez Mota y de Andrés Manuel López Obrador, en este debate, será desbancar del primer lugar a Enrique Peña Nieto, que seguramente saldrá derrotado, pues no es nada brillante para improvisar, por eso recientemente el escritor Carlos Fuentes dijo que López Obrador es rápido para pensar y hablar y que cuando se dé el debate “va a ser una masacre”.
Ahora, que Peña Nieto pierda ese y todos los debates que se organicen, no significa que automáticamente pierda la elección. El hombre no sabe improvisar y a estas alturas de su vida no va a aprender, pero eso no lo convierte en un político chafa.
En medio de todo esto, la candidata a diputada federal por el PRD, Lizbeth Marín Sánchez, le propuso un debate al resto de los candidatos. Es casi un hecho que este debate no se dé, pues no hay experiencia histórica al respecto, ahora que en el eventual caso que se dé, valdría la pena valorar si es conveniente que todos los aspirantes participen.
A nuestro juicio no vale la pena incluir a los candidatos de Nueva Alianza y el Verde, porque no tienen ninguna posibilidad de ganar, pero, lo más importante, no merecen ser invitados cuando no han hecho campaña y lo más probable es que no la hagan.
Y es que son candidatos que participan por el mero placer de presumirle a sus cuates que son candidatos, aunque nadie los tome en cuenta y vean su participación como una vacilada.
En el futuro las campañas tendrán que profesionalizarse y exigirle a los candidatos entre 10 y 15 horas diarias de proselitismo, debidamente comprobables, para que demuestren fehacientemente en que gastan los recursos que les entrega el Estado mexicano, porque juegan a la política pero no con recursos salidos de su bolsillo, sino con dinero ajeno, salido de los impuestos.
Por otra parte, la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota dijo que en las encuestas propias esta a un punto de diferencia de Enrique Peña Nieto. Esto lo dijo horas después de que Mitofsky diera a conocer que en su más reciente ejercicio, el PRI tiene 39 puntos, el PAN 24 y el PRD 19, en tanto que El Universal le dio 50 puntos a Peña Nieto, 28 a Vázquez Mota y 20 a López Obrador.