Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
18 de mayo, 2009
El olvido, el abandono en que tenemos el apoyo a la investigación científica en México, es inexplicable. Tuvo que venir una sacudida del tamaño de la epidemia de influenza para medio darnos cuenta que sin el respaldo extranjero en ciencia, estamos prácticamente fritos. Rosaura Ruiz, Presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias declaraba ayer que el abandono en ciencia nos convierte en un país dependiente del extranjero, que necesitamos que otros nos digan que virus nos ataca y luego nos vendan los medicamentos para curarnos. Es cierto. Somos ineficientes, lentos. México es un país discapacitado en ciencia. Y lo es porque la inversión en ese rubro nunca ha sido bien vista, porque hemos preferido destinar dinero a algo más tangible. Hoy estamos pagando el precio. Y lo peor es que ni así nos damos cuenta. México destinará este año el 6.6 del Producto Interno Bruto al rubro de la salud, del cual solo el 0.6 será para el desarrollo de ciencia básica y aplicada. Este simple dato nos da una amplia idea de lo que estamos haciendo. O mas bien, de lo que está haciendo nuestro gobierno. Y nuestros legisladores. En la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados alegan: Se ha elegido apoyar la inversión en hospitales, médicos y medicinas y por ellos se han tenido menos recursos disponibles para la investigación epidemiológica. ¿No se imaginan acaso que detener una brote epidémico se convierte en un asunto de seguridad nacional? Seguramente, amable lector, a su correo electrónico ha llegado un texto que habla del inocente y a la vez contundente análisis que hizo la pequeña Carolina Aranda, alumna del quinto año en el World Trade Center, ante decenas de médicos y del propio secretario de salud. Dijo la niña: “Pobre México, tan cerca del futbol y tan lejos de la ciencia….¿Por que apoyar mas a los futbolistas que a los científicos?...Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en futbol y seamos tan malos…” Que vergüenza. Tiene razón. Hay una Comisión de Ciencia y Tecnología en la Cámara de Diputados. ¿Qué han hecho? No sabemos nada de ellos. Están perdidos. ¿Acaso es una comisión chiquita y sin importancia? Tal parece que así es.