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Raúl HERNANDEZ

18 de marzo, 2013

Cuando en 1983 el arquitecto Ignacio Quiñones Peña participó como candidato del PAN a la alcaldía, el slogan de campaña –que se aplicaba en todo el país – decía algo así como “Vota por el cambio, vota por el PAN” y hasta tenían su propio himno de guerra, muy pegajoso por cierto.

Hoy la campaña del PAN usa el slogan de Bienvenido el Cambio, lo que suena parecido al proceso electoral del 83. Un año antes de esa elección, el PARM había perdido su registro oficial. Los parmistas ya tenían una década de darle la pelea al PRI. Le habían  ganado la elección de diputado federal en 1973 y la de alcalde en 1974 y en las posteriores campañas, fueran locales o federales, le daban mucha  guerra al PRI. El PAN, en cambio, no pintaba. Pero en 1983 todo fue diferente. Ignacio Quiñones reunió a un equipo de empresarios  exitosos, le metieron mucho dinero en  la campaña, contrataron decenas de activistas  y como los parmistas no tenían partido, le dieron todo su apoyo. Es la primera y única elección  en la que un candidato opositor  demostró la importancia del dinero en una campaña.

El resultado fue que Ignacio Quiñones ganó, pero el triunfo le fue arrebatado mediante  presiones y amenazas de a de veras, porque en ese entonces  el PRI  y el gobierno eran uno solo, además de controlar las elecciones.

Lo que Quiñones logró en el 83 no se ha  vuelto a repetir en una elección local. El PRI no ha tenido problemas, en ninguna de las nueve elecciones locales,  para ganarle a sus rivales, ya sea el PARM  --que volvió a participar en 1986, 1989,  1992 y 1995 —o al  PAN que  terminó fortaleciéndose y desplazando al PARM a partir de 1995. A todos el PRI les ha ganado con suma facilidad.

En esos últimos 30 años el PARM triunfo en las  diputaciones federales  de 1985 y 1988 en tanto que el PAN lo hizo en las del 2000 y 2012. Pero  el triunfo opositor de esas cuatro elecciones no ha influido en la siguiente elección municipal.

Hoy el PAN ha vuelto a  usar un slogan parecido al del 83 y si en el 83 los parmistas apoyaron al PAN, ahora de las raíces de ese partido, ha surgido un candidato, aunque la gran mayoría  de los parmistas  del 73 ya están retirados de la política e incluso algunos  están en el PRI. Habrá algunos que quieran involucrarse en la campaña, pero después de 40 años, su participación ya no tendrá la intensidad de 1973.

¿Cómo le va a ir al PAN y a Carlos Canturosas? El tiempo lo dirá

En otro tema. Lo que son las cosas, en su presentación como  aspirante a diputada por el PAN, la hasta hace poco priista, Laura Zarate Quesada se refirió al PAN como “mi partido”, a Francisco Javier Cabeza de Vaca lo llamó “mi senador” y a Glafiro Salinas “mi  diputado federal”. No cabe  duda que se enamoro del PAN de manera instantánea.

En el registro de Canturosas no se vio al ex dirigente del PRI, que últimamente se idemtifica tanto con el panista,  Enrique Reséndez, pero en cambio si se dejo ver el ex dirigente estatal del PRD, Jorge Valdez Vargas quien abiertamente  defiende su amistad con Carlos  Canturosas y no tiene empacho en retratarse con él y que la foto aparezca en las redes sociales.  Hace muy bien, a los amigos no se les niega.

 

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