Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
2 de diciembre, 2009
Quienes no asistimos en persona a la ceremonia del quinto informe de gobierno de Eugenio Hernandez, tuvimos la oportunidad de presenciarlo desde otra perspectiva. La televisión nos dio la oportunidad de ver algo distinto a lo que vieron en vivo los mas de 5 mil asistentes al Polyforum Victoria, en el Parque Bicentenario. Definitivamente no es lo mismo. Es una sensación parecida a la diferencia de ver un partido de futbol en vivo o en la tele. Y aunque en el evento que nos ocupa, no hubo repeticiones, ni tomas con la cámara “phantom”, si es destacable mencionar que desde la televisión, la visión es otra. Al igual que los presentes, los televidentes esperamos un buen tiempo para el inicio de la transmisión. Algo pasaba, pues llegó la hora señalada y no comenzó. Por fin, arrancan los comentarios previos, y para rellenar el tiempo mientras se daba la llegada de Eugenio, nos “chutamos” varias entrevistas en vivo. Desde el actor tamaulipeco Eduardo Verastegui, hasta el comunicador Ricardo Rocha. Sabios para responder y entender que no era “su” momento, Manuel Cavazos y Tomás Yarrington, aparecieron en las entrevistas previas, y no escatimaron elogios para el gobernador actual. Ambos ex gobernadores fueron especialmente cuidadosos de cada una de sus palabras al reconocer el trabajo de quien ahora gobierna este estado. Finalmente, no dijeron nada trascendente. Cumplieron con su deber. Minutos después, y tras una apresurada inauguración del complejo, el gobernador ingresó al recinto. Se notaba apresurado al saludar a algunos invitados de primera fila. Sabía que ya era un poco tarde. Y fue inusual su inicio. Las disculpas por la tardanza y la explicación del por que iniciaba con retraso. A las 12:57, comenzó la lectura, que concluyó a las 14:45. Fueron casi dos horas de exposición. Varias veces se salió del guión e improvisó. Se dio tiempo de interrumpir su discurso para darle la bienvenida a algunos invitados que llegaron tarde. Lo hizo cuando saludó a Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León. Y lo hizo con Marco Bernal, que entró cuando ya había transcurrido mas de una hora de lectura. La producción televisiva fue regular. Impecable en el apoyo de imágenes y en el encuadre de Eugenio. Pero adoleció de fallas en el audio y descuidó algunas tomas en las que se apreciaban algunos huecos en la asistencia.. En cuanto al contenido del mensaje, desde la tele, se sintió largo. Extendido o muy pormenorizado. Al pesado guión, el propio gobernador lo ayudaba cuando se salía del script, haciéndolo más ligero. (“No se que vamos a hacer con tanta tequila…”, “Mi padre nos llevaba siempre a La Pesca…”) Aquel mensaje político que ansiosos esperaban muchos, no llegó. Fue, en términos generales, un informe. Un verdadero informe de labores y en el no cupo la parte política. Pormenorizó. Desmenuzó acciones y programas. Contó los logros y nada más. Al final, un mensaje sencillo de agradecimiento por la oportunidad de estar en el puesto que está. “Que honor servir a Tamaulipas en esta época crucial de su historia…” Y adiós. Terminó la transmisión.