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Depende la paga

Raúl HERNANDEZ

17 de julio, 2013

En enero de 1993,  cuando recién entró la nueva legislatura, uno de sus integrantes fue  el empresario Álvaro Garza Cantú, quien  compitió por el PRI, por el distrito de Tampico.

Cuando se llegó la primera quincena  y el pagador del Congreso  fue a buscar a los diputados en sus respectivas oficinas y le entregó su cheque a Álvaro Garza Cantú, este se quedó viendo el documento y asombrado pregunto: ¿Esto es lo que vamos a ganar?

--Así es, respondió el pagador.

Garza Cantú sacó  un bolígrafo, le pidió el  nombre al pagador y le endosó el cheque, ante la reticencia del empleado, que no entendía la actitud del legislador, quien después fue a buscar a sus compañeros y les anunció que dejaba su curul, pues  no  trabajaría por tan poco dinero. El sueldo era muy poco para el multimillonario empresario.

En lugar de Garza Cantú se  llamó a su suplente,  Magdalena Peraza quien en el 2010 terminaría yéndose al PAN y postulándose como candidata a la alcaldía de Tampico, en protesta porque el PRI no le abrió un espacio.

En los tiempos actuales los diputados ganan 74 mil y pico de pesos mensuales, incluyendo viáticos, de donde deben cubrir sus gastos de hospedaje y transporte, en el caso de los que  no  viven en Victoria.

Ser diputado es poco atractivo, desde el punto de  vista financiero,  comparado con un regidor que gana un poco menos, pero no tiene necesidad de desplazarse 600 kilómetros de ida y 600 de  regreso, para cumplir con su encomienda.

Claro, ser diputado  da un estatus político, al menos durante tres años, además  de que depende de las habilidades del legislador   obtener un plus a su  salario normal.

Aunque  recién terminó el proceso electoral, es de lo más normal que  haya quienes  visualizan que dentro de tres años, Ramiro Ramos Salinas buscará  la candidatura del PRI a la presidencia municipal, que igual hará Jorge Valdez Vargas  en el PRD y que lo mismo harían Laura Zarate, Enrique Rivas y Salvador Rosas en el PAN, aunque resulta innecesario mencionar que ser diputado  no hace brillante  a nadie, ni le garantiza una candidatura. Lograrla será cuestión de voluntad y de talento  y tanto  Ramiro como Jorge, son elementos muy fogueados.

En el caso del PAN, Salvador Rosas ha demostrado una gran habilidad para hacerse de  dos candidaturas, primero en el 2010 cuando  compitió por la presidencia municipal y  en el 2013, cuando se lanzó para  diputado y ambos casos, lo  hizo aún con la oposición de algunos directivos y militantes.  No sabemos, si en la primera quincena de octubre siga los pasos de Alvaro Garza Cantú, pero si no los sigue,  y decide  continuar con su carrera política les va a ganar el mandado tanto a Zarate como a Rivas, porque, insistimos,  tener una diputación no  garantiza  una candidatura más adelante.

En otro tema, puesto que el año pasado el PAN gan en Tamaulipas la elección de presidente de la república, la de senador y seis de los ocho distritos y en este año el PRI ganó en 35 de los 43 municipios y en 16 de los 22 distritos, aunque coaligado,  solo un tonto se atrevería a decir que el PAN  gano.

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